1. Era caprichosa, mimosa y traviesa (Parte 2)


    Fecha: 02/02/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    Sor Patricia y sor María besaban a Mery y se besaban entre ellas. Parecían zorras en celo. Sus coños estaban empapados, pero sor Patricia aún controlaba.
    
    -¿Nos puede dar el cheque, señorita?
    
    Mery, le dijo:
    
    -Ya me cortaste el rollo, Patricia.
    
    Sor María, no tenía prisa ninguna por cobrar.
    
    -Tiempo habrá para cobrar, hermana, tiempo habrá para cobrar. Ahora gocemos que no nos vamos a ver en otra como esta en todas nuestras vidas.
    
    Sor Patricia, le dijo:
    
    -¿Ya no teme que estas sean cosas del diablo hermana?
    
    -Si fuesen cosas del diablo habría algún rabo por el medio, y rabo, rabo no hay.
    
    -Es cierto el dicho popular, hermana.
    
    -¿Qué dicho?
    
    -Que de monja a puta se pasa en cinco minutos.
    
    Mery ya se enfriara. Se levantó de la cama, cogió en un cajón el talonario de cheques y un bolígrafo, se sentó en un butacón que había enfrente de la cómoda y les preguntó:
    
    -¿Los cheques los queréis al portador o a vuestros nombre?
    
    Le respondió sor Patricia:
    
    -A nombre de la madre superiora.
    
    -Entiendo. Los queréis al portador.
    
    -No, un cheque solo, y a nombre de la madre superiora del convento.
    
    Mery no se lo acababa de creer.
    
    -¡¿Sois monjas de verdad?!
    
    -Novicias, yo soy sor Patricia y ella es sor María.
    
    -¡Hoooostiaaaas! ¡Me estoy tirando a dos monjas!
    
    Sor María, le preguntó:
    
    -¿Algún problema?
    
    -No. ¡Vaya morbazo! Volveos a poner eso que lleváis las monjas en la cabeza.
    
    -Las tocas.
    
    -Eso.
    
    Las monjas bajaron de la cama, fueron ...
    ... a la sala, se pusieron las tocas y volvieron a subirse a ella.
    
    Mery, después de hacer el cheque al nombre que le dieron, le preguntó a sor María:
    
    -¿Te apetece un masaje erótico, María?
    
    -¿Hará que me vuelva a correr?
    
    -Claro, para eso es.
    
    -Ya me tarda.
    
    Poco más tarde...
    
    Mery, a los pies de sor María, le echó aceite en las dos tetas, unas tetas puntiagudas, con grandes areolas rosadas y pezones como guisantes. Sor Patricia, arrodillada junto a la cabeza de sor María, con las dos manos, muy despacito, masajeó una teta y después la otra, para acto seguido masajear cada teta con una mano. Mery besó a sor Patricia y le masajeo las tetas, que eran unas tetas redondas, con pequeños pezones y pequeñas areolas. Después le echó a sor María aceite en el vientre y masajeó vientre y costillas. Sor María comenzó a gemir. Sor Patricia la besó sin dejar de masajear sus tetas. Mery abrió las piernas de sor María y derramó aceite en los labios mayores y menores del coño abierto y mojado. Masajeando los labios mayores, le dijo a sor Patricia.
    
    -Ponle el chocho en la boca, Patricia.
    
    Sor Patricia le puso el coño en la boca a sor María. Sor María sacó la lengua. Sor Patricia frotó el coño contra ella... Al ratito, sintiendo que se iba a correr, le preguntó:
    
    -¿Me deja que me corra en su boca, hermana?
    
    -Corra, hermana corra, corra que quiero conocer el sabor del pecado.
    
    Sor Patricia, temblando con el placer, jadeando, y apretando las tetas de sor María, se corrió ...
«123»