1. La zorrona Elena y la golfa lasciva de su hija Carla


    Fecha: 03/02/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    Luego de varios días sin coincidir en el gimnasio con mi amiga Carla, la encontré en la zona de máquinas de piernas y la acompañaba una joven morena de buenas formas y muy atractiva al igual que su madre, me acerqué a ellas y saludé a ambas.
    
    —¡hola Elena, cuanto tiempo sin verte!—dije yo.
    
    —sí, tienes razón querido Ricardo, hace días que no coincidimos—expresó Elena.
    
    —¿qué tal estás?, ¿quién es esta bella joven que te acompaña?—hablé.
    
    —Bien, estoy bien. La joven se llama Carla y es mi hija, tiene 20 años, ¿sabes?—testimonió Elena.
    
    —se parece mucho a ti, tan bella y hermosa como tú—mencioné Nos dimos Carla y yo, dos castos besos y charlamos un poco.
    
    —¿qué tal con tu madre, Carla?—manifesté.
    
    —Bien. He decidido a venir al gimnasio, acompañarla y así las dos nos ayudamos y motivamos mutuamente—observó Carla.
    
    —Perfecto. Me parece adecuado, que dos bellas y sexys mujeres asistan al gimnasio para estar más atractivas y deseables—expuse.
    
    —Tienes razón, querido Ricardo, esto de aparecer las dos aquí nos gusta y motiva. Luego a la salida si quieres, nos vemos—exteriorizó Elena.
    
    —Por mí, correcto—observé.
    
    Me retiré para proseguir mis múltiples ejercicios que quedaban por finalizar y entre Elena y su hija Carla hablaron.
    
    —Este es el señor del que hace unos días te hablé. ¿qué te parece si le damos una "pequeña sorpresa"?... ya sabes...—expuso Elena.
    
    —De acuerdo, mamá. Lo que tu desees—aceptó Carla.
    
    Volvieron a sus ejercicios en el gimnasio, ya que ...
    ... al igual que yo, estaban en la mitad de la tabla y habíamos charlado de quedar los tres. Llegué a su casa con ellas y no me esperaba una deliciosa sorpresa de ese calibre, pues había oído que eran muy calientes, pero no pensaba que fuera para tanto.
    
    Me desnudaron hasta dejarme solo con el tanga que llevaba, ya que como lo había hecho con Elena llevando el mismo tanga, pensé que era bueno darle morbo a Carla también llevando el mismo tanga.
    
    —Ese atractivo tanga tan sexy,tentador,obsceno y lascivo te queda perfecto. Nos has puesto caliente y quiero que jodamos aquí y ahora los tres—confesó Carla.
    
    Me coloqué frente a Elena con el tanga y empezó a evidenciar su lasciva calentura sexual usando ese procaz y obsceno lengua de fulana depravada que tanto me ponía.
    
    —Eres un hijo de puta libidinoso, me has vuelto a poner cachonda con ese obsceno tanga tan sexy y procaz—formuló Elena.
    
    —Sí, querido Ricardo, eres un jodido cabrón, nos has puesto calientes a las dos y ahora vas a saber lo que es follar con estas dos lobas en celo—manifestó Carla.
    
    Elena lamía y relamía mi tanga y pasaba su lengua con vicio y frenesí por mi duro rabo que parecía explotar dentro del lujurioso tanga y por los cojones cargados de hirviente lefa.
    
    —Pero que zorra eres querida Elena, me pones cachondo cuando me haces esto—confesé.
    
    Yo soltaba cientos de quejidos, vagidos, gemidos y jadeos, ya que esta zorra de Elena me estaba poniendo caliente y rijoso al pasar lenta y lascivamente su lengua ...
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