1. Mamá Ana.


    Fecha: 04/02/2019, Categorías: Incesto Autor: PobreCain, Fuente: CuentoRelatos

    ... entera disposición; las experiencias del chico se reducían a unos pocos y urgentes polvos en el asiento de su coche pues a pesar de su desvergüenza no era nada imaginativo y le costaba conectar con las mujeres de su extorno.
    
    Ana estaba descontrolada y ni ella misma acertaba a entender que estaba pasando; prácticamente le arrancó la camisa y comenzó a besar su cuerpo; los diminutos y sensibles pezones reaccionaron de inmediato y a pesar de que hacía tiempo que no pajeaba a su esposo comenzó una lenta aunque concienzuda manola; el cipote del chico creció exageradamente y recordó las mucha veces que su marido llevó su cabeza hasta el suyo sin conseguir que le diera más que unos torpes lametones en lugar de hacerle una de esas “mamadas” que a menudo practican en las películas porno que ven juntos para que ella se suelte y acceda.
    
    Conocía perfectamente la teoría y en varias ocasiones había practicado, con una zanahoria primero, un calabacín y después varias veces con una “morcilla de Burgos” hasta lograr engullirla pasando a la faringe controlando perfectamente la aparición de las náuseas; también tomó la costumbre sin que Fernando se percatara de catar el sabor del semen, primero con un dedo y después en más abundancia rebañando las corridas antes de lavarse; quería darle una sorpresa a su marido para celebrar el próximo mes su veinte aniversario de casados y asegurarse de hacerlo como una profesional.
    
    Ana se dejó resbalar por el cuerpo del chico hasta quedar sentada en ...
    ... el sofá con su pene frente a los labios con los que retiró el prepucio y comenzó a lamer el capullo; con una mano sujetaba sus huevos, con la otra abarcaba con cierta dificultad esa verga que al compararla con la de su marido parecía pequeña aun sin serlo.
    
    Frank no estaba acostumbrado a tales atenciones, temió correrse y quedar en ridículo ante esa mujer que era mucho más puta de lo que había imaginado y al notar que se venía trató de apartarla sin conseguirlo; una primera descarga se estrelló en el paladar de Ana que la saboreó ante la incrédula mirada de su fortuito amante que no daba crédito a lo que estaba sucediendo; las dos siguientes fueron al rostro y resbalaron hasta los pechos de la mujer que con la mano libre se afanó en esparcir por ambos pechos con cara de verdadera satisfacción; Ana imaginaba la cara de su marido cuando lo sorprendiera al verla comportarse de ese modo.
    
    Volvió a envolver el ciruelo del chico con sus labios y las demás descargas, cada vez con menos fuerza las fue degustando y tragando como un verdadero manjar; de hecho su semen era mucho más fluido y suave que el de su esposo.
    
    Cuando terminaron las descargas y disminuyó la erección, ella comenzó a lamer con insistencia ese flácido tarugo que pronto reaccionó retomando su gloriosa presencia y la firmeza que tenía minutos antes; entonces Ana cambió de posición acodándose en el sofá y poniendo a su disposición ambos agujeros; al comprobar que no se decidía, agarró el pene del chico y lo guió ...