1. Follando a la senora del albanil


    Fecha: 06/02/2019, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Estaba en plan relax antes de salir a batirme el cobre en mi nueva y moderna bicicleta de cicloturismo, sentado en aquella confitería de marras, con mi maillot y mi culote, marcando paquetillo. Esperaba que la madura y maternal camarera echara sus tetazas sobre mi, como gata en celo a la hora de pedirme la comanda. Era un juego ya viejo entre nosotros que no pasaba de esos ramalazos felinos.
    
    En esas estaba, cuando entró una pareja alta y esbelta, él cuadrado de espaldas creo que por el acento era de los países del Este, y se sentaron en la mesa que había delante de mí, dándome las espaldas, o sea que solo les veía las espaldas y el cogote.
    
    Ella que cuando entró me pareció más fea que picio, cuando pasó a mi lado dejaba oír un fru-fru a la vez que destilaba un olorcillo de perfume y sexo, y dejaba notar bajo su camisa ibicenca unas tetas puntiagudas y unos pezones saltones, señal de estar en celo, al menos eso saqué en conclusión al ver sus aureolas mojaditas de sudor.
    
    El culo era impresionante. ¿Porqué todas las tías feas tienen luego esos culos tan esplendidos y atrayentes? Llevaba una faldita de esas cortas de puntilla como si fuera una enagua, no era para menos , estamos en otoño ya hace al menos 24 grados. Impresionante.
    
    Como mi amiga la camarera no venía, me levanté a pedir mi café y bollo dejando ver mi paquetillo marcando bulto en el maillot.. me creí importante, pero al volver a mi asiento ví que el pie de la estupenda acompañante del ucraniano, démosle ...
    ... esta identidad, este marcaba a su vez un impresionante paquete al cual le calculaba que debía rondar los 25 cm.
    
    Al final vino mi camarera preferidam pero como vió que les prestaba más atención a las tetas y rojo tanga de la vecina, me azotó el café que ponto dejó marcado mi “paquetillo” y por supuesto me quedeé sin sus zalameros arrumacos tetiles. Maldita la hora que entro la propietaria del traje ibicenco.
    
    Tom´el cafe en cuanto pude, y me fui a sacar la bicicleta del mi coche cuando en tales maniobras me dí de bruces con la pareja que venía por la acera dándose morreos, y el tío metiéndole la mano por las nalgas buscando algo….
    
    Se pararon a mi altura, y se dieron un beso de rosca, y un magreo rápido antes de que el fulano entrara en un trastero pegado a mi coche sus trastos de “paleta” o sea de albañil y se fue no sin antes magrearle las tetas a su pareja, y partir en coche a toda pastilla.
    
    La “ibicenca” llamémosla así me miró de arriba abajo echó cuentas, tomó medidas, y yo extrañado de esa extraña y excitante mirada después de haber dejado aquel pedazo de hombre que era el ucraniano, con su buen pollón.
    
    Cuando me día cuenta la puta bici deshinchada.¡ Entré en el coche en busca de la bomba de pie para inflar mi bici, cuando la susodicha "ibicenca" abría la puerta de un coche aparcado detrás del mio, me senté en el la parte trasera de mi furgoa hinchar la bici de forma calma, cuando la "ibicenca" salio de su coche para abrir el capo , pues el coche no arrancaba, ...
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