1. El Profesor (Parte 3)


    Fecha: 06/02/2019, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... su cabeza fuera de la cama. De esta forma quedaba justo a la altura de mi miembro, dejando su garganta libre para ser rellenada. Abrió la boca y coloqué mi glande en sus labios. Le pedí que se relajara y aguantara la respiración. Muy lentamente comencé a empujar y a enterrar mi pene en su boca. Los primeros intentos fueron fallidos pero sirvieron como experiencia para mejorar la técnica. Rocco no estaba dispuesto a rendirse. Su cuello expuesto de esa manera me provocaba ganas de morderlo, besarlo y succionarlo. Adoraba la prominencia cartilaginosa que allí se le formaba, y que subía y bajaba conforme mi pene entraba más en su boca. De un momento a otro, y logrando al fin la técnica correcta, mi pubis chocó contra su mentón. Me dio la impresión que su garganta se veía diferente a través de su cuello. Duré unos pequeños segundos dentro de él, y luego salí para que tomara aire. Me miró sonriendo y con los ojos húmedos por el esfuerzo. Tosió un poco y luego me ordenó seguir. Sus manos se fueron a mis muslos para controlar la embestida, mientras que las mías se fueron a su pantalón para liberar su verga. Estaba muy dura e intuía que quería salir de esa prisión de ropa. Cuando la saqué se irguió por completo, soltando una pequeña gota de pre-semen. Lentamente comencé a penetrar su garganta guiado por sus manos, a la vez que lo masturbaba. Cada vez que mi pene salía de su boca, lo hacía brillando debido a la cantidad de saliva que tenía embadurnado. Me encantaba como su tráquea ...
    ... apretaba el tronco de mi verga. Los espasmos a veces eran muy intensos arrancándome gemidos de gusto. Por momento sacaba mi polla de su boca y se introducía mis testículos, lamiendo hasta los lugares próximos a mi ano. Eso convertía a mis piernas en gelatina. -Me correré –le informé mientras comenzaba a jadear. Como respuesta me hizo aumentar la velocidad de las embestidas. Mordí mis labios para no gritar y arriesgarme a ser escuchado por alguien afuera. Y me costó más de lo pensé. Interminables disparos de semen dieron en las paredes de su boca, siendo rápidamente tragados por su parte. A continuación su pene empezó a lanzar trallazos de leche que atrapé en mi mano. Sus gemidos eran ahogados por mi verga. Salí de su boca, embarré su leche en mi pene y volví a metérselo. Rápidamente lo succionó. Después lo levanté y lo besé logrando saborear la mezcla de nuestros fluidos en su boca. Si no fuera físicamente poco probable, podría jurar que floté con ese beso. Casi podía sentir como mis pies se elevaban del suelo cada vez que sus dientes atrapaban mis labios. Nos tiramos a la cama y quedamos completamente desnudos. Teníamos la necesidad imperiosa de sentir nuestros cuerpos piel a piel. Pasé mi brazo por debajo de su cuello, apegué mi pecho a su espalda y mi bajo vientre a su culo. Atrapó una de mis piernas y las entrelazamos, quedando completamente juntos. Era extremadamente reconfortante sentir su calor contra mi piel. Lo besé muy cerca del oído, y, aunque no tenía la intención, ...
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