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El joven, obedientemente hizo todo aquello que yo le indicaba, separó sus piernas y esperó, a los pocos segundos comencé a penetrarlo con mi verga.
Fecha: 07/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
Un sábado bien temprano, en la mañana cuando, me encontraba orinando fuera de la caballeriza, cuando entró uno de los niños ricos, que practican equitación, cargando su sillín para montar, se dirigía al picadero, creo que accidentalmente me vio orinando, no sé qué le sucedió, pero se quedó embelesado, observando mi instrumento. Pero cuando lo miré a los ojos, me di cuenta de que él se sentía muy avergonzado, y nervioso, disimulado apresuró el paso, mientras que yo me le quedé viendo sus paradas nalguitas, sin hacer comentario alguno. Ya a eso de las diez de la mañana, suspendió las prácticas porque hacía demasiado sol, luego regresó, al parque ecuestre, como a eso de las seis de la tarde, se cambió de ropa, pero en lugar de ponerme los acostumbrados pantalones de vaqueros, los que siempre ha usado para entrenar, se puso unos viejos pantalones de equitación, que le quedaban bien apretados. Ya después de estar como una hora entrenando, de momento me vio a lo lejos, me encontraba limpiando uno de los establos, a esa hora éramos las únicas personas en todo ese lugar, ya que yo me encargo de cerrar todo y hasta duermo en una de las caballerizas. Después de que él, desensilló el potro que estaba montando, lo llevó a su caballeriza, cuando me volví a topar con él, yo me encontraba sin camisa, descalzo, y en pantalones cortos, al verlo lo saludé, y le dije. Que, si él quería, yo me encargaba de bañar, y alimentar al potro. El joven, sin quitarme los ojos de encima, me dijo que no ...
... me molestase, que él mismo lo haría, así que, tomando la manguera, le dio un rápido remojón al animal, pero justo antes de que comenzara a pasarle el cepillo al potro, en ese momento como que se dio cuenta que yo, no le quitaba la vista de sus nalgas. Fue cuando le comenté, que se le podían dañar las botas, y el pantalón de montar, con tanta agua, lo que le debió parecer bien razonable, y como no había más nadie por todo eso, sin pérdida de tiempo se quitó las botas las medias y el pantalón, quedándome con el pequeño slip que estaba usando y la camiseta. Él continuó bañando al potro al tiempo que lo cepillaba, por lo que también él se mojó completamente, durante todo ese tiempo, yo continuaba observándole sus paradas y bien formadas nalgas, aun bajo la camiseta mojada. En una de esas me le acerqué por dé tras diciéndole. “Mira no lo estas cepillando bien.” Justo en ese instante coloqué mi mano derecha sobre la del, que sujetaba el cepillo, mientras que con mi mano izquierda la coloqué sobre la izquierda mía, diciéndole. “Lo mejor es que te pegues más al animal.” Tras decir eso presioné mi cuerpo contra el del, haciendo que prácticamente su pecho pegase contra las costillas del potro. El chico se quedó de lo más tranquilo, como si fuera la cosa más natural del mundo, que yo lo tuviera así, acto seguido comencé a mover mi mano de manera circular sobre el costillar del caballo, mientras que con la otra mano dirigía el chorro de agua de la manguera, prácticamente contra nosotros ...