1. El joven, obedientemente hizo todo aquello que yo le indicaba, separó sus piernas y esperó, a los pocos segundos comencé a penetrarlo con mi verga.


    Fecha: 07/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... delirante, fue cuando me dijo, que no tan solo sentir, sino que ver de manera tan clara, como toda mi verga le entraba por el culo, casi no podía creer que su apretado culito se tragase todo eso. Mientras él se deleitaba moviendo sus caderas, y restregándolas contra mi cuerpo, yo me dedicaba al mismo tiempo a seguir manoseando sus nalgas, por un buen y largo rato, continúe metiendo y sacando mi verga de su culo, al tiempo que continuaba diciéndole lo sabroso que lo tenía, y el tiempo que había deseado clavarle mi verga. Hasta que finalmente mis movimientos aceleraron, y mis apretones fueron más, y más fuertes, hasta que me vine por completo dentro del, después de eso se quedó tirado sobre el heno, yo saqué mi verga de su culo y tras levantarme salí de la jaula, para lavarme y orinar. Al regresar a su lado, lo miré a los ojos, y como si él hubiera podido leer mi mente supo, que yo deseaba que me lo mamase, por lo que sin asco alguno cuando tuvo mi adormilada verga al alcance de su boca, comenzó por lamerme mi colorado glande, en cosa de segundos se me volvió a tonificar por completo, para luego sin detenerse continúo chupando todo aquello que le cabía en la boca. Yo me recosté sobre el heno y fue él, ...
    ... quien prácticamente arrodillado a mi lado, continuaba chupando, mamando y lamiendo toda mi verga, así estuvo por un buen rato, hasta que coloqué mis manos sobre su cabeza, y con ellas fui guiando su cabeza, y acelerando los movimientos hasta que solté un gran chorro de mi semen dentro de su boca, garganta. No quedándole más remedio que terminar de tragárselo por completo, el chico estaba completamente desnudo, agotado, sudado, oloroso a sexo, su ano, le palpitaba, y en parte se comenzó a sentir avergonzado, pero muy feliz. Hasta que lo llamé y le dije. “Bueno amor date una buena ducha, y te vistes que, en cualquier momento, puede llegar alguien, y de seguro no te gustaría que te fueran a ver así”. Él obedientemente, sin decir nada, tras ducharme con la manguera que uso para bañar al potro, se dirigió con su ropa a su casillero, se cambió y al ver el reloj, se dio cuenta que casi eran las ocho de la noche. Esa noche antes de irse me dijo que tenía que salir con su novia, desde esa fecha y por buen tiempo, disfruté de las atenciones del, hasta que por sus estudios universitarios fue dejando la equitación, pero ha conseguido en un sin número de ocasiones, volver al club ecuestre para que yo lo vuelva a montar. 
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