Esclavo de mis dueñas Olga y Bea (1)
Fecha: 10/09/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Eduardo Marín, Fuente: CuentoRelatos
... primera semana. Ya tenían confianza conmigo, obviamente sabían dónde trabajaba, como soy…
Y Olga me dijo que esa primera semana me quería en su casa de día y de noche.
Yo acepté y cómo mi cumpleaños es el 2 de julio, Olga quiso hacerme un regalo… Y me compró para mi cumpleaños una jaula para mi pene.
Me obligó a ponérmelo ese mismo día, y obviamente ella se quedó con la llave.
Yo sinceramente me sentí muy incómodo… Lo pasé bastante mal sobre todo los primeros días…
Para mí fue espantoso.
Sabía que existía eso… pero jamás pensé que lo iba a utilizar en mi propio pene y para nada me imaginaba que me iba a molestar tanto.
Ellas se iban a trabajar y yo tenía que quedarme en el piso, barriendo, fregando, lavando, quitando el polvo, limpiando todo su calzado, arreglando su habitación, limpiando a fondo los baños…
La verdad es que tenía un montón de trabajo.
Con Bea, todo iba bien. Aunque ella también me ordenaba cosas y me exigía… No era ni mucho menos como su amiga Olga, a quién yo empezaba a temer… Pues no era igual ir de vez en cuando a su casa y aceptar su dominio…
Qué estar las 24 horas del día sometido a su inmenso poder.
Aunque Olga no estuviera en casa, yo tenía que cocinar para ellas, yo tenía que poner la lavadora, colgar a secar sus ropas, fregar y limpiar su cuarto de baño, tener todo su calzado impecable y reluciente… etc… Y todo el día con la molestia de esa jaula que era súper humillante para mí.
También existía otro hándicap… ...
... y era que a las tres y media, solía llegar a casa Olga y Bea, muchas veces no regresaba hasta las 6 y media de la tarde. No siempre era así, pues dependía del horario que tuviera… pero si ocurrió varias veces…
Incluso en varias ocasiones Olga me ordenó ir a recogerla con el coche.
Desde que llegaba Olga, hasta que regresaba Bea, yo me sentía intranquilo, indefenso, pues Olga a veces me dominaba muy tajantemente.
Siempre trataba de humillarme a costa de la jaula que me regaló… Me decía que me la iba a quitar si me portaba bien, yo hacía todo para que me la quitara, pero luego no me liberaba de ella.
Desde que Olga entraba a su casa, yo tenía que estar súper atento, pues a la mínima ocasión Olga me abofeteaba o me castigaba a placer… Y yo sin el apoyo de Bea, lo pasaba fatal.
Me gustaba ser esclavo de ellas, era algo que me había ilusionado siempre, poder estar sometido a los pies de una mujer. Ahora incluso eran dos mujeres a quienes me tenía que someter…
Pero yo no soy masoquista. No aguanto mucho el dolor físico, no me gusta. Tampoco me gusta estar con esa jaula que me priva de poderme correr… y es molesta mucha veces. Odio que me dé zapatillazos en la cara con su zapatilla Olga. Sé que es mi ama, mi dueña, que tiene todo el derecho a hacerlo, pues entre dentro de nuestro acuerdo de esclavitud. Pero esa semana se me hizo eterna.
Si es verdad que al cuarto día Olga por fin me abrió la jaula de mi pene y pude volver a ser persona.
Pero antes tuve que ...