1. Mi madre y su Jefe 3 Final


    Fecha: 14/09/2025, Categorías: Voyerismo Autor: em5, Fuente: TodoRelatos

    Las dos primeras partes de esta trilogía están en mi perfil, es de extremo recomendable y necesario que sean leídas para comprender la obra como un todo, en esta tercera parte, cuya función corresponde el culmen de la obra.
    
    Reflexionando hacia atrás mientras escribo esto, eyacular en la cara de mi madre mientras estaba postrada en ese sofá fué un acto tan valiente como innecesario. Me ganó el deseo de venganza, el rencor y los remordimientos de no tener el valor para pronunciarme ante el desastroso camino que mi madre estaba eligiendo para su vida y la de su hijo por igual. Pero no podía soportarlo más, y después de llegar a ese punto, me propuse la monumental tarea de encararla y pronunciarme ante ella exigiendo una explicación que, según yo, merecía más que nadie. Así que reuní la voluntad y el valor que no tuve y planifiqué la charla varias veces en mi cabeza, teniendo siempre el mismo resultado devastador que me retenía de llevar a cabo la dichosa charla.
    
    Era domingo, el día después de toda la locura. Mi madre despertó aturdida, con semen seco por toda la tez, las tetas, el cabello, escurriendo el pegajoso contenido mientras se ponía de pie del sofá y se dirigía tambaleándose al lavabo para limpiar su insensatez. Yo bajé las escaleras aun tembloroso, con las imágenes nuevamente agolpandose en mi consciencia, que no me dejaban dar un par de pasos sin revivirlo todo de nuevo en ese mismo instante. Una vez en el salon y observando el páramo tan desolador, tan ...
    ... asqueroso, con botellas vacías, vasos tirados, sudor en la mesa de cristal empañada, los tacones de mi madre tirados por el suelo y su elegante vestido roto al pie de los mismos, escuché el sonido de la ducha abriéndose, y del agua corriendo. Mi madre estaba duchándose. No pude resistir imaginar su cuerpo desnudo, sus prominentes tetas colgonas, su culo gordo, sus muslos tan tersos, siendo acariciados por el flujo purificador del agua cristalina, que en ese instante limpiaba la impureza y la maldad de Armando de su santo cuerpo. Y en el momento en que salió del baño, envuelta en la toalla que cubría sus pechos hasta su pubis a duras penas, me encontró ahí, de pie, con los brazos cruzados y disimulando una pequeña erección.
    
    ¿Quién es Armando? Pregunte decisivo, mirándola a los ojos, los tenía rojizos, los labios secos, signos de una clara resaca.
    
    Armando? dijo ella mientras observaba alrededor, buscaba con la mirada una excusa, una artimaña, mas no pudo.
    
    Armando es mi jefe, cariño, del trabajo, es todo.
    
    Y estuvo aquí anoche? le repliqué.
    
    Si, estuvo aquí anoche, ¿por qué preguntas?
    
    La mire seriamente, levante una ceja por suspicacia y mire al suelo, medio derrotado.
    
    Por nada, es que anoche le abrí yo la puerta, y conversamos, nada más.
    
    ¿Te dijo algo malo? O paso algo entre ustedes dos?
    
    No, no es eso, es…
    
    Dude por unos segundos, finalmente, añadí:
    
    ¿Ustedes dos…están…saliendo? ¿Son amantes?
    
    Ella titubeó por un segundo, eso sí, con una sonrisa en la ...
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