1. La mamada de mi vida durante un concierto


    Fecha: 15/09/2025, Categorías: Sexo Oral Autor: Oxcar, Fuente: CuentoRelatos

    Aquella mañana me desperté ilusionado pues iba a ver a un grupo de los que más me gustan, una fusión de estilos como el rock, el heavy-metal, la música celta… Había quedado con Cristina, una amiga mía desde hace algunas semanas, la verdad es que habíamos congeniado bien. Cristina es alta, rubia, y tiene los ojos más bonitos que he visto nunca, realmente son preciosos, esa mezcla entre el azul, el verde y el gris… Sus tetas serán una talla 85 o 90, algo normal, pero muy redonditas y muy bien puestas y su culito, madre mía qué culito que tiene mi niña, usa una talla 36 y es que te dan ganas de comértelo entero.
    
    La llamé por teléfono y quedamos en que la pasaría a buscar a las cinco de la tarde por su casa, me puse una camiseta, unos vaqueros cortos y las playeras desgastadas que uso para los conciertos, aquella noche hacía un calor infernal así que decidí ir lo más sport y cómodo posible, ya hay otros momentos para vestirse “elegantemente”. Me llevé ya preparado de casa en la neverita del camping, una botella de Coca-Cola que contenía un buen kalimotxo fresquito, una bolsa de patatas y agua. Bajé al garaje y me dirigí a buscarla, no estaba muy lejos, así que como era sábado apenas tarde 15 minutos en llegar a su casa.
    
    —Hola guapetona ¿qué tal?
    
    —Muy bien, oye … ¿a qué hora abren las puertas?
    
    —Pone en la entrada que a las siete, pero yo paso de meterme en todo el mogollón de la gente y eso, además tomamos algo antes y entramos a las siete más o menos ¿ok?
    
    —Vale, ...
    ... como quieras —me dijo sonriendo— por cierto, te has puesto mechitas rubias ¿no?
    
    —Sí, me las di el otro día, porque me gustaban de cuando las llevé el verano pasado.
    
    —Ah, pues te quedan de puta madre
    
    Pusimos algo de música en el coche, un CD de Gamma Ray y nos dirigimos hacia Leganés, yo estaba pendiente de la música y de la carretera para los carteles así que en unos minutos no la presté mucha atención, pero una vez que ya estaba orientado estuvimos hablando de qué tal le había ido la semana, de cómo había terminado el curso para nosotros, y de que hacía dos semanas o tres que no nos veíamos y que teníamos muchas ganas de vernos.
    
    Yo tengo 21 años, y Cristina es un poquito más mayor que yo, tiene 25 y nunca pensé que se pudiese fijar en un chico como yo, porque supongo que me consideraría un crío, que querría otro chico de más edad, con más dinero, con un buen coche… es lo normal, pero bueno, nosotros éramos una pareja peculiar, habíamos estado saliendo un tiempo, pero luego lo dejamos y preferimos seguir como “amigos con derecho a roce”.
    
    Llegamos a “la cúpula del trueno” como yo la llamo al igual que mucha gente, la verdad que esto es como un huevo, y los conciertos salen fatal muchas veces porque en cuanto cierran la mitad de la cúpula… la cagan, en fin, aparqué como pude… cerré la capota y noté cómo algunos me miraban como si fuese un bicho raro solo porque no llevo el pelo largo, ni camisetas negras, y al ver aparcar el 206 Cabrio… en fin.
    
    Sacamos del coche ...
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