La Venganza de el Tío Cristóbal: La Finca del Placer - Relatos Eróticos

La Venganza de el Tío Cristóbal: La Finca del Placer

... camino en ese huequito tan apretado lo hipnotizaba, veía la espalda sudada de su sobrino como se encorvaba cada vez que ese trozo de carne le habría las nalgas y sus pelos se pegaban en aquel lampiño y blanquito trasero.

PLAAZZ!! PLAZZ!

R-Aaaaay!!!!

C- Essooooo asiiii marica gimaaaa como putaaaaa!!!

Cristóbal nalguea a su sobrino para despertar aún más aquel macho que estaba en dominio de la cama, cama que rechinaba como si fuera a deshacerse ante los movimientos sexuales de Cristóbal, después de un buen rato de grandes embestidas, Cristóbal comenzó a sentir un electrizante cosquilleo que recorría todo su fornido y ahora sudado cuerpo, cosquilleo que se acumulaba en el tronco de su gorda y ardiente verga que entraba y salía sin compasión del culito de Ramoncito, era la leche de macho que se acumulaba en su verga y que provocaba aquel delicioso cosquilleo, leche que salió disparada y se arrinconaba en el más profundo interior de el pequeño, leche que había sido despreciada por Matilde su madre y que ahora preñaba al niño, leche que ahora pertenecía al niño y que pudo haber procreado a sus propios hermanitos, esa leche navegaba sin rumbo en el ano de Ramoncito, y que anunciaba el fin de aquella placentera cogida.

C- Aaaaaaahhh no mames que rica cogidaaaa!!! Uuuufff!!

Cristóbal se levanta de la cama empapado en su propio sudor se dirige a la ventana y la abre para dejar una corriente de brisa que refrescaba su cuerpo, se hizo a un lado para que esa brisa ...

... refrescara aquella cabaña ardiente y húmeda llevándose con ella el olor a sexo que impregnaba la cabaña, Ramoncito yacía en la cama exhausto y recobraba el aliento gracias a esa misma brisa.

Cristobal tomó otro trago de mezcal, tomó las cosas que quedaban en la bolsa y las puso en la alacena, además de el mezcal y la vaselina Cristobal había comprado otras cosas como arroz y otras cosas de cocina tomó un cajetilla de cigarros que también había comprado y encendió uno para fumárselo en la orilla de la puerta y seguir tomando aire fresco, y ahí relajado y desestresado fumo su cigarro mientras Ramoncito veía la silueta desnuda de su abusador fumarse ese cigarro, un chorro prominente de orines sobresalía gracias a la luz tenue de la luna que atravesaba por la puerta, Cristóbal orinaba a la orilla de la puerta para dejar salir cualquier rastro de leche que hubiera quedado en su verga, para después regresar a la cama y acostarse a lado de su sobrino.

Los ronquidos de Cristóbal pronto se escucharían y Ramoncito veía como aquel hombre complacido roncaba, satisfecho por el cansancio esos ronquidos terminaron por arrullar a el pequeño hasta dejarlo dormido.

A la mañana siguiente Cristóbal amanece nuevamente con muchas energías y con ganas de trabajar, por órdenes de Él ambos nuevamente se bañaron en el cobertizo, iniciando así una rutina diaria que el niño debía aprender, Ramoncito veía que esa sería su vida de ahora en adelante prácticamente tenía que aprender de limpieza en la ...