1. Un desconocido me come el culo en un cine


    Fecha: 08/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... me sentía irresistiblemente atraída.
    
    Mientras yo hablaba él extendió su dedo corazón y se lo llevó a los labios, se lo chupó voluptuosamente.
    
    —También quiero tu chochazo y tus tetitas, lo quiero todo. ¿Lo entiendes, Anita?
    
    No dije nada pero estaba cada vez más excitada con sus palabras, me sentía húmeda y con la boca seca. Sin darme cuenta me había puesto de lado, aunque sin quitarme los pantalones. La punta del bastón empezó a hacer circulitos en mi culo por encima de mi pantalón. Apretaba y apretaba.
    
    —Desabrochate, Anita, ese culito lo está deseando.
    
    Su voz me hipnotizaba, notaba la presión del bastón en mi culo. Me desabroché el pantalón.
    
    —Muy bien, Anita, bájatelos un poquito, hasta las rodillas.
    
    Se inclinó sobre mi butaca y me los fue bajando él, yo le dejaba hacer. Me los quitó del todo, los cogió y se los dio a su sobrino, que no perdía detalle de lo que ocurría.
    
    —¿Qué haces? —le pregunté.
    
    —A él le gusta mucho oler. Verás cómo disfruta cuando le dejes también tus braguitas —me dijo.
    
    —Sois unos guarros.
    
    —Sí, sí, mucho. Ahora quiero que te pongas con el culo en pompa, te he dicho que quiero meter este dedo en tu culo, ese culo me está volviendo loco.
    
    El corazón me latía cada vez más deprisa. El morbo de la situación me ahogaba. Puse el culo en pompa como me pedía y cerré los ojos.
    
    —Así me gusta, que hagas lo que te digo.
    
    Puso su dedo justo en mi ano por encima de las bragas y empezó a apretar, como si quisiera taladrar mi ropa ...
    ... interior.
    
    —Quítatelas.
    
    —No, no, por favor, va a venir alguien.
    
    Hablábamos en susurros.
    
    —Lo haré yo —dijo.
    
    Sacó unas tijeritas pequeñas del bolsillo y me cortó las bragas por los lados. Después me las sacó.
    
    —No te hacen falta.
    
    Yo seguía con el culo en pompa y de lado. Puso su dedo corazón en mi ano y me lo empezó a acariciar, primero suavemente, después con más fuerza, me lo metió un poquito, luego un poquito más y más, se puso a follarme el culo con el dedo, dentro, fuera, dentro, fuera.
    
    —Eres un pervertido.
    
    —Mucho, Anita.
    
    Tenía dos dedos metidos en mi culo. Solo eso, pero yo sentía sus dedos moverse y me excitaba. Aquel hombre entonces se dirigió a su sobrino.
    
    —Arturito, ponte al otro lado de Anita y enséñale lo que tienes.
    
    Arturito era alto y gordo, también llevaba pantalones cortos, se levantó y se vino a poner en la butaca que estaba vacía a mi lado. Se sentó repantingado hacia atrás. Yo veía su barriga y un bulto muy grande.
    
    —Enséñasela, Arturito.
    
    Aquel hombre seguía con los dedos entrando y saliendo en mi culo, mientras su sobrino se desabrochaba los pantalones. Entonces emergió una polla descomunal, como yo nunca había visto.
    
    —Chúpasela un poquito, Anita, que te lo agradecerá, el chico está muy desatendido.
    
    Yo estaba aturdida. Le empecé a acariciar aquella polla monstruosa y el chico me atrajo hacia él, me colocó con la boca en su polla. Le fui lamiendo primero de arriba abajo, me metí el glande y el empujaba mi cabeza con ...