1. 14 y 17 EN EL VESTIDOR 2a PARTE


    Fecha: 18/09/2025, Categorías: Gays Voyerismo Autor: daddybear, Fuente: SexoSinTabues30

    ... grave y temblorosa, dejando claro que él también estaba nervioso, pero la calentura entre nosotros era más fuerte que cualquier inseguridad. Sus manos, torpes pero ansiosas, comenzaron a recorrer mi pecho peludo, sus dedos hundiéndose en mi piel mientras el agua resbalaba por mi cuerpo. Bajó su rostro hasta mi cuello, sus labios rozando mi piel con besos húmedos que me hicieron gemir bajito, “Mmm… Leo…” Pero entonces, bajó más, y sentí su lengua caliente y húmeda lamiendo mis pezones, algo que a él verdaderamente le encantaba hacer.
    
    Me hizo temblar con cada lamida, su lengua jugando con mis pezones sensibles, succionando suavemente mientras el agua caliente caía sobre nosotros. “Me vuelves loco… tienes unos pezones tan ricos,” murmuró entre lamidas, su voz cargada de deseo mientras sus manos seguían explorando mi cuerpo, apretando mi panza con una mezcla de ternura y urgencia. Cada movimiento de su lengua enviaba olas de placer por mi cuerpo, mi respiración volviéndose más agitada mientras gemía, “¡Ahh… sigue… me encanta!” Leo se dedicó a cada uno de mis pezones con una pasión que me dejó al borde, succionando más fuerte, mordisqueando suavemente, como si no pudiera tener suficiente de mí.
    
    Yo, todavía temblando, puse mis manos en su cintura, sintiendo esa pancita que tanto me gustaba, y lo atraje hacia mí, nuestros cuerpos chocando con una urgencia que ninguno de los dos podía controlar. Leo me empujó suavemente contra la pared de la ducha, el cristal frío contra mi ...
    ... espalda contrastando con el calor del agua y de su cuerpo. “Eres tan sexy… no sabes cuánto te he deseado,” murmuró, su voz entrecortada mientras me acariciaba con movimientos torpes pero llenos de deseo, sus manos bajando por mi abdomen hasta llegar a mi pene pequeño, que ya estaba duro de solo sentirlo tan cerca. Yo gemí bajito, “Tú también… me tienes loco,” mientras mis manos subían por sus brazos fuertes, sintiendo cada músculo, cada vena marcada bajo su piel morena, Leo me masturbaba suavemente mientras besaba mis labios y sentía su lengua buscar con desesperación la mía.
    
    Me dio la vuelta con una urgencia torpe, mis manos apoyándose contra el cristal mientras el agua seguía cayendo sobre nosotros. Colocó la cabeza de su pene en mi entrada. Podía sentir lo gruesa, caliente y palpitante que era. “¿Estás seguro?” susurró, su voz temblando de nervios y deseo, y yo solo asentí y empujé un poco mis nalgas hacia atrás. Mi respiración agitada mientras sentía su cuerpo pegarse al mío. No podíamos esperar más; la calentura y nuestra inexperiencia nos tenían al borde.
    
    Sentí su pene, duro y caliente, rozando contra mis nalgas, y un gemido se me escapó cuando la cabeza comenzó a presionar contra mi entrada. “Despacio… por favor,” susurré. Era la primera vez de Leo y la segunda mía, pero nunca me había penetrado una verga de ese tamaño. Mi voz temblorosa mientras mi cuerpo se tensaba, pero Leo fue cuidadoso, entrando con una lentitud que me hizo jadear. Cuando la cabeza por fin ...