1. 14 y 17 EN EL VESTIDOR 2a PARTE


    Fecha: 18/09/2025, Categorías: Gays Voyerismo Autor: daddybear, Fuente: SexoSinTabues30

    ... entró, sentí un dolor agudo y gemí, “¡Ahh!” pero él se quedó quieto, dándome tiempo para ajustarme, sus manos torpes acariciando mi cintura mientras murmuraba, “Tranquilo… no quiero hacerte daño.” Me besaba la espalda y con sus manos acariciaba mis pezones mientras el ardor y calor de tener su verga dentro de mi, se convertían en sensaciones electrizantes.
    
    Poco a poco, el dolor se transformó en un placer intenso, mi cuerpo adaptándose a su grosor mientras él seguía entrando, centímetro a centímetro, hasta que lo sentí todo dentro de mí, sus vellos púbicos adolescentes rozando contra mis nalgas, un cosquilleo que me hizo soltar un gemido largo y profundo, “¡Mmm… sí, Leo!”
    
    Leo comenzó a moverse con un ritmo torpe al principio, sus embestidas descoordinadas pero llenas de pasión, como si no pudiera controlar la urgencia de su cuerpo. “Estás tan apretado y calientito… me vuelves loco,” jadeaba, sus manos aferrándose a mi cintura mientras sus caderas chocaban contra mí, el sonido del agua mezclándose con nuestros gemidos. “¡Ahh… sigue… no pares!” gemí, mi voz resonando en la ducha mientras él aceleraba, sus movimientos más profundos, tocando ese punto dentro de mí que me hacía temblar de placer y me hacía sentir que pronto me vendría. Cada embestida era más intensa que la anterior, y podía sentir mi cuerpo al borde, mi pene pequeño palpitando sin siquiera tocarlo.
    
    De pronto, escuchamos la voz de Martín desde el vestidor, “¿Leo, ya te vas?” y ambos nos quedamos ...
    ... paralizados, en silencio, el corazón a mil. Leo se detuvo, todavía con su verga dentro de mí, y susurró, “Shh… no hagas ruido.” Nos quedamos quietos, el agua cayendo sobre nosotros mientras Martín rondaba cerca, pero por suerte no se acercó a las duchas y salió del vestidor. Suspiramos aliviados, pero la adrenalina del momento solo nos puso más calientes. Leo volvió a penetrarme con ganas, sus embestidas ahora más rápidas, más desesperadas, mientras gemía, “Ya no aguanto… me voy a venir.” Sentí su pene pulsar dentro de mí, su orgasmo explotando mientras gruñía, “¡Ahh… sí!, ¡ahí te va mi leche!” y su calor me llenaba. Podía sentir las pulsaciones de su pene dentro de mí con cada chorro de su néctar que se depositaba en mi interior. El placer inmenso llevándome al borde hasta que yo también me vine, mi semen brincaba en grandes chorros, salpicando contra el cristal de la ducha mientras gemía, “¡Ahhh… Leo!” El placer fue tan intenso que mi cuerpo tembló descontroladamente, cada sensación amplificada por la conexión que sentíamos.
    
    A pesar de haber terminado, Leo seguía dentro de mi. Podía sentir la humedad y el calor de su semen dentro de mis intestinos, además de todo el grosor de su pene palpitando en mi canal anal que ahora era suyo. Me tenía abrazado y me besaba el cuello y los hombros con cariño y pasión al mismo tiempo.
    
    Leo salió de mi cuerpo lentamente y sentí su ausencia, el vacío. Me sentía completamente abierto y mi esfínter palpitaba con un ardor delicioso. Su respiración ...