1. Unos vecinos influencers 2. Amistad con Beneficio


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: LuzOscura90, Fuente: TodoRelatos

    CAPITULO 2
    
    Amistad con Beneficios (No Declarados)
    
    "El verdadero poder no está en tomar lo que quieres, sino en hacer que te lo ofrezcan..."
    
    El sábado olía a libertad. Clara se había ido de compras con sus amigas, Alex encerrado en su habitación con esos videojuegos que lo absorbían por horas, y Gael acostado en su cama. Yo, Armando, por fin dueño de mi espacio.
    
    Vestido solo con un bañador ajustado y mi vieja camiseta del Curro '92, la cerveza bien fría sudando entre mis dedos, el sofá acogiéndome como un viejo amigo. En la pantalla, el césped del Bernabéu brillaba bajo los focos, los jugadores del Real Madrid calentando. Un partidazo. Paz. Silencio. Perfección.
    
    Ding-dong.
    
    El timbre cortó el aire como un cuchillo en mi momentáneo paraíso.
    
    —Joder, ¿quién coño...?
    
    Al abrir, el estómago se me hizo un nudo. Teddy.
    
    —¡Hombre, Armando! —Su sonrisa era demasiado blanca, demasiado perfecta, como si se la hubiera pulido para ocasiones especiales—. ¿No me digas que ibas a ver el partido solo como un perdedor?
    
    Apoyado en el marco de mi puerta como si fuera suyo, llevaba unos shorts que deberían ser ilegales por ajustados y una camiseta sin mangas que exhibía esos tatuajes que hacían que Clara se mordiera el labio sin darse cuenta. Mierda. Mierda. Mierda.
    
    —Justo empezaba —dije, sin disimular el fastidio en la voz.
    
    Pero Teddy ya se deslizaba dentro, rozándome al pasar, su olor a loción cara y ambición masculina invadiendo mi territorio.
    
    —Pues qué bien ...
    ... —agitó una bolsa con botellas belgas que costaban más que mi reloj—. Porque traigo cervezas... y ganas de charla.
    
    Se dejó caer en mi sofá, en mi sitio, estirando las piernas como si fuera suyo. Y ahí empezó todo.
    
    —¿Y Clara?
    
    Ahí estaba. Esa pregunta que no era pregunta, sino búsqueda. Noté cómo su mirada rebotaba contra las puertas cerradas, los rincones vacíos, cazando su presa.
    
    —Se fue de compras con sus amigas— dije, y juré ver un destello de satisfacción cruzar su rostro. Como un lobo oliendo que el rebaño está indefenso.
    
    —Mejor... noche de chicos— murmuró, hundiéndose más en el sofá hasta que su muslo rozó el mío. Demasiado cerca. —¿Qué opinas de que no juegue Vinicius hoy?
    
    Cambió de tema, pero no importaba. Las cervezas empezaron a fluir, las risas también, y sin darme cuenta, había bajado la guardia. Teddy tenía ese don: hacerse irresistible cuando quería. Sus historias de viajes, su conocimiento absurdo de estadísticas futbolísticas, incluso su manera de lamer el cuello de la botella después de cada trago... todo diseñado para seducir.
    
    —Pues me tienes que decir dónde compras esta cerveza... está mejor que la mía— admití, ya con la cuarta botella en la mano y la cabeza ligera.
    
    Teddy se inclinó hacia mí, el olor a menta y lujo masculino invadiendo mis sentidos.
    
    —Te lo diré... cuando me invites a ver otro partido en tu casa— susurró.
    
    Reí, demasiado fuerte, demasiado borracho de su atención.
    
    —Pues estás invitado cuando quieras. El barrio es ...
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