1. Compañeros de oficina


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: leoooxnrk, Fuente: TodoRelatos

    ... padre. Clavaba sus uñas, la arañaba, la apretaba junto a ella, tenía que comprobar que era real. El ancho de su espalda, el contorno de sus hombros se recortaba frente al pladur del habitáculo. Ahora no parecía tan delgado y esmirriado. Era un macho como no había probado y deseaba que la tomara allí mismo como fuese. Pensaba amarrarse a aquella espalda y no soltarse nunca.
    
    Lo desnudó y le hizo desfilar como un pelele para ella. Dónde está tu aire de indiferencia, puto hippie. Mario pasaba andando por el pasillo con maneras desganadas y ella se ponía mala. Quería reprenderle como una profesora. Así no vas a llegar a ningún lado, niño. Sra Rotenmeyer.
    
    Como una escultura griega se levantaba el cuerpo firme de Mario. Abdomen en el que se intuían los abdominales cuando se movía, cintura estrecha y torso en forma de V que se iba ensanchando hacia arriba hasta los hombros y una espalda ancha y sorprendentemente definida. Una polla de 18 centímetros se iba levantando. Lo palpó entero. Con su manicura. El torso con fino bello. El culo. Se mojaba entera mirando y palpando aquel culo respingón. Probó su dureza con su boca. Clavó su dentadura perfecta de dentista para comprobar si estaba tan duro como parecía. Mario se quejó. Quería dibujarle una marca roja de su dentadura en la piel blanca y redonda y así lo hizo. Y con las uñas de manicura quería ser geóloga para comprobar la dureza del material. Se preguntaba si delante tendría también algo duro para su estudio ...
    ... científico.
    
    Cuando llega a la polla, la agarra suavemente con todo el contorno que dan sus finos dedos de otrora niña bien. Nota como se hincha en su mano. Ella está detrás de él. Al lado de su delicada mano aún parece más grande. Hace solo un momento no se imaginaba que el chico del culo podría esconder también tremendo pollón. Menos aún que lo pudiera tener allí todo entero para ella sola. Aquel cuerpo fibroso terso joven y duro solo para ella. Lo iba a dejar seco, pensaba. Le iba a enseñar lo que es una mujer. Eso pensaba en los momentos de más excitación. Brevemente volvía la razón y pensaba en si podría con ese potro, hacía mucho tiempo que no hacía el amor, cuando lo hacía ya no llegaba al orgasmo y pensaba en si sería capaz de soportar tremendo pene y jovialidad sin romperse. Luego volvía la excitación y pensaba que sí, por favor, ojalá la empotrase contra la máquina de capuchinos. Así que lo hizo sentarse en una silla. Se subió la falda y con agilidad de gimnasta pasó una pierna por encima y se sentó encima de aquel potrillo. Apartó sus bragas empapadas, empuñó su polla y no le costó nada metérsela entre tanto flujo. Sintió un tembló que casi se cae. Dejó caer todo su pesó y aquel pedazo de polla se le metió hasta las entrañas. Agarrándose a aquel pelo corto y desaliñado como se agarra un ahogado a una boya movía su culo y sus caderas, los finos tacones firmemente apoyados en la moqueta, cabalgando violentamente a aquel chaval que la provocaba desde hacía tanto tiempo. La espalda ...
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