-
Intercambio entre hermanas - completo (cap. 07)
Fecha: 20/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Abel Santos, Fuente: TodoRelatos
... fin, sigo pensando que Marta sabrá lo que hay que hacer y que yo debo limitarme a seguir sus consejos. Aunque sus consejos se parezcan cada vez más a órdenes tajantes. Te mantendré informado, querido diario. Buenas noches. Cap. 8 – EL TEATRO ERÓTICO FRAN Cuando Marta nos comentó que tenía un plan entre Ana y yo para la noche, al principio me hice el remolón. Y lo hice para disimular la alegría que sentía por dentro. No quería que se me notase que había estado deseando que llegara el momento de una nueva cita con mi cuñada. Luego fui aflojando poco a poco y mostré algún interés en conocer lo que nos había preparado. Ana, por el contrario, demostró desde el primer instante que le apetecía mucho aquella salida… Hasta que nos enteramos de qué iba el plan de mi mujer: Marta nos había conseguido a través de una amiga dos invitaciones para una representación erótica en un teatro del centro. —¿Una función erótica? —preguntó Ana con cara de no creerse aquella ocurrencia de su hermana—. ¿Y qué representan, Romeo y Julieta porno? Mi cara de sorpresa tampoco era muy fácil de ignorar. —Venga chicos —insistió—, hacedlo por mí. Las entradas son de mi jefa y si los asientos se quedan vacíos se notará y me lo echará en cara. Quedaría fatal por una bobada. Ya somos todos mayorcitos, ¿no? No entiendo por qué los temas de sexo tienen que intimidarnos. Se sentó entre ambos y nos dio unos achuchones por turnos para convencernos. —Además —aclaró—, yo tampoco tengo ...
... ni idea de qué va ese espectáculo tan… erótico. Pero estoy deseando que me lo contéis y seguro que nos reímos un buen rato. «Sí, seguro —pensé yo, sarcástico—, será cuando yo te lo cuente en la cama y tú, super cachonda, me violes o algo parecido.» —Y, si vale la pena… —prosiguió con mirada pícara—, a lo mejor podemos acudir una segunda vez Fran y yo para inspirarnos… Acompañó sus palabras con un roce sobre mi muslo, y mi entrepierna no pudo evitar un ronroneo de gatito fiel. Ana y yo intercambiamos miradas. Su gesto de fastidio lo decía todo. Sin embargo, cuando habló, dijo todo lo contrario a lo que se adivinaba que estaba pensando. —Bueno… tampoco perdemos nada por asistir… —aceptó mordaz—. En fin, cuñado, pongámonos guapos esta noche y no nos retrasemos, no vayamos a perdernos ni un minuto de ese maravilloso planazo teatral. Sobre las diez de la noche nos recogía el Uber que había solicitado con mi móvil. No quise conducir mi coche por si tomábamos alguna copa después de la función. Marta nos había pedido que no regresáramos antes de las cuatro de la mañana y la obra debía de terminar sobre la una, según sus cálculos, así que por fuerza tendríamos que ir a algún otro sitio a la salida del teatro. —¿De veras te apetece este plan de Marta? —pregunté jugando con la mano que Ana tenía apoyada sobre el asiento del coche. —Por supuesto que no… —respondió—. Pero todo sea por las oposiciones de la señora... Sonrió y me apretó la mano. —Vale, vale… ...