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ABRIENDO LAS ALITAS 3
Fecha: 22/09/2025, Categorías: Gays Autor: Martian25, Fuente: SexoSinTabues30
Al pajaritovuela más alto. Y las sorpresas subieron de nivel. El año 71 llegó a vivir una amiga de mi mamá a la misma casa donde vivió mi primo Pablo. La señora tenía 2 hijos varones y una hija. Entre ellos estaba José, el menor de 12 años. Ellos no tenían papá. A las pocas semanas de que llegaron se hizo frecuente que la señora y sus hijos vinieran de visita a mi casa. José y yo nos hicimos amigos. El era un chico medio feo, dientón y cuando estábamos juntos percibía una sensación extraña que me inquietaba. En una ocasión mi mamá me mandó a recoger unas cosas a casa de José y al llegar lo encontré solo, me dijo que su mamá no tardaría en volver, que la esperara y entonces me invitó a su cuarto para enseñarme algo. En cuanto llegamos a la habitación José sacó unas hojas como de una revista de debajo del colchón de la cama y me las mostró. Las hojas tenían dibujos en tinta color café de una mujer y un hombre sin ropa como abrazados de muchas formas. –¿Sabes qué están haciendo? –preguntó José y yo negué con la cabeza. –Están “cochando”. –¿Qué es eso? –pregunté intrigado. –Mira, ven, ponte aquí, te voy a enseñar –me indicó. Me recostó boca abajo en la orilla de la cama con los pies en el piso, luego me bajó los pantalones y la trusa hasta las rodillas. José se desabrochó el cierre de los pantalones y se sacó el pene, me sorprendí al ver de qué tamaño lo tenía. Entonces él se subió sobre mí y colocó su pito entre mis nalgas. El contacto de su tibia ...
... piel me produjo el mismo cosquilleo que sentía cuando el Chuy me abrazaba, solo que con José la sensación la empecé a sentir entre mis nalgas y luego en todo el cuerpo. Mi pene se puso durísimo. –¿Te gusta? –me preguntó al oído. –Si. Mientras movía su pito entre mis nalgas, José me puso los dibujos frente a la cara y me enseñó uno donde se veía que el pene del hombre entraba en el cuerpo de la mujer. –¿Ves dónde metió el pito el señor? –preguntó quedito. –Eso es “cochar” y se siente bien chido –agregó. En realidad, no comprendía muy bien lo que hacían los personajes del dibujo, mi verdadero yo estaba muy ocupado disfrutando las caricias de José. –¿Quieres que te coche? –preguntó José y no supe que responder. Sin esperar mi respuesta José se puso de pie y fue a buscar algo, regresó con un frasco en la mano, lo destapó y por el olor supe que era crema para la piel porque olía igual que la crema que mi mamá me untaba. Con los dedos, tomó mucha crema del frasco y se embarró bastante en el pene. De pronto sentí que uno de sus dedos se insertaba en mi colita sin mucha dificultad, tal vez ayudado por la crema. Eso me causó una sensación extraña, pero muy agradable. Al ver que sonreía José aprovechó para introducirme otro dedo más. Mi yo “machito” me decía que eso no le iba a gustar a mi mamá, pero mi voluntad se había ido. En pocos minutos sus dedos resbalosos entraban y salían de mi colita haciéndome sentir cosquillas intensas en todo el cuerpo. –Se siente ...