🔥 Sudor, Hormonas... y Marcos (9) - Relatos Eróticos

🔥 Sudor, Hormonas... y Marcos (9)

... mientras con la otra mano le acariciaba los huevos.

—Míralo, si tiembla —rió Samuel, tapándose la boca—. Está que no sabe ni dónde meterse.

—Ya te digo, bro —añadió Raúl, orgulloso—. Imagínate cuando le diga que me la chupe entera.

Javi se removió en la silla. —Hostia puta… qué cara de cagado lleva, chaval.

—Y eso que le mola —intervino Raúl, con voz ronca—. Mira cómo se le nota.

En la pantalla, Marcos tragaba saliva, con el ceño fruncido de pura tensión, apretando los labios mientras seguía pajéandole. Unas gotitas de preseminal brillaban en el glande.

—Tócalos más, tócalos más —se escuchaba la voz de Raúl en el vídeo, autoritaria—. Eso es.

Samuel sacudió la cabeza, medio excitado, medio incrédulo. —Bro, vaya sumisión, de locos.

Raúl pausó el vídeo un segundo para que pudieran asimilarlo. —¿Os mola o qué?

—Me estoy empalmando, tronco —reconoció Javi, sin cortarse—. Qué hijo de puta eres.

—Pues imagina en directo —Raúl se relamió otra vez—. El viernes va a caer, fijo.

Samuel se rió por lo bajo. —Pero ese chaval, ¿por qué coño se deja?

Raúl alzó una ceja, con esa chulería suya tan sobrada. —Porque está más salido de lo que parece, tío. Se hace el buenecito, pero luego le das un empujón y entra solo.

Javi resopló. —Y tú sabes empujarle, cabrón.

—Exacto —Raúl volvió a darle al play—. Mirad esto.

El vídeo seguía: Marcos se inclinaba un poco más, agachando la mirada con un punto de vergüenza, mientras su mano seguía el vaivén sobre ...

... la polla dura de Raúl. Se escuchaba la respiración de ambos, un gemido suave, y el sonido húmedo de la paja.

—Míralo, míralo… —decía Raúl en la grabación—. Vas aprendiendo, ¿eh?

Marcos asentía en silencio, tragando saliva otra vez.

—Me muero —susurró Samuel, excitado—. Está acojonado pero empalmado fijo.

—Sí, sí —asintió Raúl, orgulloso—. Se le notaba el bulto, tío.

—¿Y luego qué hiciste? —preguntó Javi, impaciente, sin apartar los ojos de la pantalla.

Raúl encogió los hombros. —Nada, me corrí fuera. No le dejé tragar ni nada, no quería que se me asustara tan pronto —se rio, con todo el morbo del mundo—. Pero la siguiente va a ser diferente, ya veréis.

Samuel soltó el aire, agobiado de tanto morbo. —Pues el viernes me apunto, chaval.

Raúl bloqueó el móvil, satisfecho de tenerlos calientes. —Ya os lo advertí. El viernes se la va a comer, y si hace falta grabamos otra vez.

Javi se rascó el paquete, en plan sin disimular. —Yo no pienso perderme esa, tronco.

—Pues venid preparados —sentenció Raúl, con la mirada sucia y retorcida—. Porque este niño va a terminar tragando sí o sí.

Se hizo un silencio cargado de electricidad, como si todos imaginaran la escena a la vez. La terraza, llena de risas de otras mesas, parecía muy lejana comparada con ese agujero de morbo que se había abierto.

Samuel fue el primero en soltar una carcajada nerviosa. —Mañana va a ser un show, colega.

—Mañana le vamos a poner a prueba —añadió Javi, relamiéndose.

Raúl ...