🔥 Sudor, Hormonas... y Marcos (9) - Relatos Eróticos

🔥 Sudor, Hormonas... y Marcos (9)

... levantó el vaso a modo de brindis.

El plan estaba sellado.

Raúl bloqueó el móvil, todavía con la sonrisa cabrona marcada en la cara, y le dio un trago a su cerveza.

—Bueno, pues ya sabéis lo que hay para mañana —resumió, estirándose de gusto.

Samuel soltó otra carcajada. —Tío, qué ganas, de verdad.

Javi asintió, con la mirada encendida de morbo. —Va a ser la hostia.

Raúl agarró el móvil otra vez, rebuscó entre los chats, y puso cara de diablillo.

—Le voy a mandar un audio, para que no se le olvide que tiene cita mañana.

—¿Ahora? —preguntó Samuel, riendo.

—Sí, ahora —confirmó Raúl—. Escuchad, cabrones.

Se aclaró la garganta y grabó, sin vergüenza ninguna:

—Mañana quiero verte tragando, zorrita. No me falles, ¿eh? Que si me dejas plantado te reviento el culo en cuanto te pille, maricón.

Paró la grabación, le dio a enviar, y todos se partieron el pecho de la risa.

—Te has pasao, cabrón —dijo Javi, sujetándose la barriga de las carcajadas.

Raúl se encogió de hombros. —Bah, esto no es nada, tío. Sabéis los audios que le mando normalmente…

Samuel arqueó una ceja, picado. —¿Cómo que nada? ¡Si le acabas de amenazar con reventarle el culo!

—Bah —Raúl hizo un gesto despreocupado—. Mirad, os enseño otro que no habéis oído.

Buscó en la lista, hasta dar con un audio largo de voz, y le dio al play con media sonrisa:

“Mira, Marquitos, mira esto…”“Esta polla te va a partir, ¿lo ves? Te la voy a meter a pelo, sin escupir siquiera. Te vas a ...

... quedar afónico de gritar.”“¿Te imaginas? Que te agarro del cuello y te follo la cara hasta que llores… con todos mirando…”

Se escucharon risas ahogadas de fondo en el propio audio, de Raúl y de otros colegas que no aparecían en la terraza.

David abrió los ojos como platos. —Tío, tío, tío… te vas a pasar de frenada.

—¿Y si lo cuenta? —saltó Samuel, un poco nervioso—. Que tampoco lo conoces tanto, eh.

Raúl bufó, quitándole toda importancia. —Que va, tronco. Ese chaval no dice ni mu. Está cagado, no va a contar nada, y menos si quiere seguir viniendo con nosotros.

Samuel chasqueó la lengua. —Hostia, te la juegas…

—Dejad de rayaros —zanjó Raúl, con superioridad—. Este niño está tan enganchado a que le humillen que no va a abrir la boca.

Javi se quedó mirando el vaso, como calibrando el asunto, pero luego asintió. —Bueno… mejor, que así tenemos entretenimiento fijo.

—Eso —sonrió Raúl—. Y mañana, cine con función doble, ya me entendéis.

Samuel y Javi soltaron otra risotada.

—Hijo de puta, Raúl —dijo Samuel—, no sé cómo no te denuncia.

Raúl alzó la ceja, chulo. —Porque me desea, tronco. Aunque no lo quiera reconocer.

Samuel negó con la cabeza, todavía flipando. —Estás muy mal de la cabeza.

—Un poco —reconoció Raúl, sonriendo—, pero me funciona.

Volvió a guardar el móvil, satisfecho, y se recostó en la silla.

—Mañana a reventarle la boquita en el cine —remató, bajito, con un brillo sádico en los ojos.

Javi y Samuel se miraron, tensos y ...