1. El tatuado Parte 5


    Fecha: 24/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Lanfasone1, Fuente: TodoRelatos

    ... pensar, primero, era claro que Adriana sabía ya que era yo quien había creado esa cuenta falsa de Tinder, que mi supuesto paciente no existía, que siempre había sido yo.
    
    Y segundo, el hecho de que ella se había puesto cachonda en el metro, cuando Germán le había hecho el dedazo y luego cuando le comía la polla se había retorcido un pezón, ella también hacía eso cuando yo le comía el coño.
    
    Ella se había excitado con la polla de ese hombre presionando su culo y luego también mientras le comía la polla.
    
    Por dios se había tragado su lefa, toda la maldita lefa agria de ese hombre.
    
    ¿Había fingido Adriana los ataques de pánico?
    
    ¿Por qué ahora no había sufrido ninguno de esos ataques durante el viaje en el metro o luego en el cuarto de Germán?
    
    No, no debía pensar así, me estaba volviendo un ser paranoico, retorcido, ahora también sospechaba de ella.
    
    Esos ataques de pánico se podían manifestar en gradaciones también, no precisamente el episodio primero de la misma magnitud de gravedad pero si un estado psicológico alterado.
    
    Adriana no podía sospechar que yo mantenía este canal de comunicación con Germán, ella no sabía que yo también estaba al tanto de todo.
    
    Pero no podía seguir jugando a las escondidas con mi esposa.
    
    Siempre nos habíamos tenido una confianza mutua, había dialogo entre nosotros.
    
    Pero esa confianza y ese dialogo se habían interrumpido por el momento.
    
    Yo había traicionado esa confianza, era obvio eso, tenía que reconocer mi ...
    ... culpa.
    
    Pero luego estaba otra vez ese detalle y no menor de que ella había estado cachonda mientras viajaba en el metro y luego mientras le comía la polla.
    
    No era un detalle menor, ella le había mamado la polla, había tragado su lefa, mientras se retorcía un pezón.
    
    No sentía rencor hacia ella, solo un dolor que por momentos era dulce también, no me sentía un cornudo propiamente dicho, es que la había empujado a él, la había puesto en sus manos.
    
    Esa misma noche debía hablar con Adriana, intentar aclarar todo.
    
    Y luego fue llegar a casa y ella solo estaba pendiente de las niñas, las usaba como una barrera separadora entre nosotros, se refugiaba detrás de ellas.
    
    Pero mientras las bañaba o las peinaba o jugaba con ellas me dirigía miradas de reproche y hasta de temor.
    
    Adriana me temía también, no confiaba en mí y con toda razón.
    
    Y todo eso continuó durante la cena y era como si un muro de hielo se hubiese levantado entre nosotros.
    
    Y luego ella se fue a dormir temprano y yo me quedé rumiando en la sala y bebiendo un cognac y por último me metí en la cama.
    
    Y me revolví inquieto, no podía dormir y entonces sentí que el cuerpo tibio de mi esposa se pegaba al mío, ella de espaldas a mí.
    
    Su culo elástico contra mi cadera.
    
    ¿Era real o lo estaba imaginando? ¿Estaba dormida o lo hacía adrede?
    
    Entonces me giré y yo también pegué mi polla, erecta sobre sus nalgas.
    
    Y luego sentí que ella hacía presión sobre mi polla, su culo compacto y redondo frotándose contra ...
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