El tatuado Parte 5 - Relatos Eróticos

El tatuado Parte 5

... endureció.

_Saben que están muy buenas, lo saben, que presumidas son…._dijo, como revelándome un crimen

_ Sí que lo saben…_ dije yo, para secundarlo.

_Cabronas…._ dijo él por lo bajo

Mi esposa se había inclinado sobre una tumbona, para recoger el protector solar, Mayte comenzó a esparcírselo por la espalda, Adriana sonreía, se veía su cuerpazo de perfil y las curvas y protuberancias de su culo y sus tetazas eran algo que cortaba el aliento.

_ ¿No sientes celos de tu chica?_ dijo

_No…trato de no ser celoso….- dije

_Yo no podría, con una mujer como ella……estaría enfermo de celos……saber que……_

_ ¿Saber qué?_ dije, quería tirarle un poco de la lengua, en tantos años que le conocía nunca le había escuchado decir nada parecido

_Saber que todo dios se la quiere follar….perdona la franqueza_ dijo

_Bueno….lo mismo sucede con Mayte….con cualquier mujer….._

_No…..Mayte es guapa….pero Adriana….bueno, tu sabes….._dijo

_Esta tía de Tinder que está liada con Germán es muy guapa también……_ volvió a decir

_ ¿Si?_

_Ya te digo que si….solo he visto la foto de perfil, no se le ve la cara, pero…….._

Mi corazón comenzó a latir con violencia, todo esto estaba demasiado cerca, si Rafa llegaba a saberlo y luego Mayte, no sé si Adriana podría perdonarme algo así.

Era una complicación extra, con la que no había contado al principio.

_Está muy buena la cabrona…..muy buena está esa ...

... zorra_

Se refería a la mujer de Tinder, pero seguía mirando a mi esposa que ahora le pasaba crema protectora por la espalda a Mayte.

Luego me dejé llevar por la rutina de siempre, las charlas sobre cuestiones sin importancia, seguir bebiendo cervezas, el agua, las niñas nuestras, los hijos de ellas, las cosas que hacían.

Luego, por la noche, Mayte cocinó unas hamburguesas a la parrilla.

Cada tanto sorprendía las miradas de Rafa sobre Adriana, algo había cambiado allí, como si toda esa vorágine de Germán, también tuviera un coletazo aquí, como si Rafa adivinara algo o sospechara.

Y cada vez que mi esposa se movía o cambiaba de posición o cruzaba las piernas ya sentía la mirada libidinosa de ese grandulón sobre ella.

Mayte parecía estar como siempre y Adriana se mostraba indiferente y distante con Rafa, más que de costumbre.

Y luego en un momento, no sé bien como, yo estaba ayudando con los trastos en la cocina y volví a la terraza y Rafa y Adriana no estaban allí. Vi que una pequeña columna de humo se elevaba de la pared del fondo.

El lugar donde Rafa solía fumar, me acerqué, procurando no hacer ruido.

_ ¿Que querías decirme?_ era la voz de Adriana, tensa, nerviosa

_Perdona lo que te voy a preguntar, te pido que no se lo cuentes a Mayte_

_Chico, por mal camino vas si me pides que no se lo cuente a mi mejor amiga_

_Bueno, es que……perdona ¿pero tú tienes una cuenta en Tinder?_ dijo Rafa