Inocente - Relatos Eróticos

Inocente

Por las tardes tenía que estar disponible tenía una furgoneta y a pesar de que todos los días no había pedidos a veces le echaba una mano en el súper un hombre cincuenta muy amable y mi parecer algo afeminado con que con las mujeres tenía un don especial y las traía locas coqueteando el con ellas ellas con él.

Sería el tercer mes cuando tuvo una entrega a una casa que nunca había estado estaba un poco apartada pero por las indicaciones de mi jefe llegué sin dificultad.

Me abrió la puerta una mujer sobre los 50 o alguno más a mi parecer estaba muy bien me pareció atractiva pero lo que más me llamó la atención es que llevaba un vestido mi veraniego con el que no dejaba dudas sobre su anatomía unos hermosos pechos que luchaban por saltar de aquel escote balanceándose por aquella prenda tan holgada y no menos cuando me dio la espalda y me fijé en su trasero.

Una mujer alrededor de unos setenta digamos que no era delgada de compresión normal con la carne justa en su cuerpo su pelo era media melena liso y evidentemente teñido de rubio muy simpática agradable.

Señora_ pasa pasa majo tráeme hasta la cocina las cosas por favor.

Ir detrás de la señora viendo como aquel vestido a duras penas le tapaba las nalgas me entraba en sudores.

Coloque las cosas sobre la mesa sacando algunas cosas congeladas que ella apresuró a colocar en los cajones del congelador.

Joder qué pasada me enseñó todo su culo. …… el sueño de cualquier tipo mi calentón fue instantáneo mi pene ...

... creció enseguida marcando en mi pantalón corto la evidencia de mí excitación sentía que me había puesto rojo sintiendo incluso vergüenza.

Señora_ estás bien …….te veo Rojo acalorado sudoroso.

La mujer se habría dado cuenta de todo aquello y se imaginaría el porqué.

Bueno es que hace mucho calor y al final de un sitio para otro uno parece que se deshidrata.

Señora_ bueno bueno será eso quieres tomar algo una cerveza Coca-Cola o algo.

Yo_ no no se preocupe igual un vaso de agua.

La mujer se acercó un armario donde al estirar su cuerpo para coger un vaso volvió a dejarme todo su trasero a la vista.

No me dio tiempo al retirar mi mirada de su culo cuando la mujer se giró para darme el vaso.

Señora_ vaya vaya no me digas que una señora mayor te gusta y te pone así ja ja ja ja ja ja.

Recogiendo el vaso de su mano no tuve valor ni para mirarle a la cara y mucho menos contestarle ya que me podía jugar mi empleo.

La mujer sacó una botella del frigorífico llenándome el vaso se sentó en una silla imitándome a descansar un rato, ahora sí que miraba a su cara ya que en la posición frente a mí en la que estaba sin ninguna duda podría su entrepierna entre el vestido y sus muslos.

Pegué un trago largo con el que sacie mi sed y levantándome le dije a la señora que me marchaba.

Señora_ bien chaval espero verte otro día. ….. ten una propina. …… no sé ni tu nombre.

Le dije mi nombre y recogí las monedas de su mano mientras la mujer me regalaba una agradable ...