Inocente - Relatos Eróticos

Inocente

... sonrisa que yo también devolví yéndome a la calle pensando en si tenía que haber sido más atrevido y a verme lanzado ante aquella provocación.

Mi jefe cuando llegué a la tienda me preguntó qué tal había ido todo con dicha señora contestándole qué bien añadió lo rápido que había venido como comentario.

Serían quince días después cuando regresé a aquella casa mis nervios estaban a flor de piel por lo que podía depararme mi reparto.

Esta vez la mujer estaba vestida con ropa de calle en concreto llevaba una americana ajustada escotada con una corbata evidentemente sin sujetador y una minifalda un look muy elegante labios ojos pintados y bien maquillada.

Volvió a seguirla hasta la cocina donde dejé las bolsas sobre la mesa y sacando los congelados la mujer los introdujo en los cajones del congelador esta vez con la diferencia…….. no me dio la espalda para enseñarme su culo sino que flexionando sus rodillas para agacharse lo hizo frente a mí pudiendo ver el blanco de sus braguitas mientras en su cara se dibujaba su amable sonrisa.

Señora_ así está mejor? No es tan violento para ti? O no te gusto tanto como el otro día.

Tres preguntas que eran arroyodoras a cuál contestaba tartamudeando lo hice.

Yo_ sí ….sí…..está …..muy…elegante…. No…. Me…… Violenta…….Si….. Si…. Es…. Usted…… Muy…. Atractiva.

Todo aquello que le dije me subió los colores a mi cara mientras ella echaba una buena carcajada.

Señora_ me alegro mucho que te guste tú también me gustas a mí y me ...

... gustaría jugar contigo.

A mí me temblaban las piernas y no me moví del sitio cuando ella se acercó hacia mí y pasando sus brazos por encima de mi cuello acercó sus labios a los míos para fundirnos en un apasionado beso o lengua durante unos minutos.

Ella se separó de mí y me preguntó sí quería continuar. Esto le contesté en el acto que sí invitándome ella a pegarme una ducha.

Cuando me duché ella misma me ayudó a secarme acariciando con aquella toalla mi cuerpo mientras me iba excitando por la situación todavía con el cuerpo húmedo fui tras ella hasta su habitación donde desabroché su americana quite su corbata y convencer a amasar aquellos voluminosos mientras los besaba y chupaba a la vez que ella y emitia suspiros y se agitaba su respiración.

Solté el corchete de su falda y deslice la cremallera dejando caer su minifalda a tiempo que me agachaba por su cuerpo besando cada milímetro de su piel hasta que llegando aquella braguita blanca traslucida en la que transparentaba su pubis más oscuro.

Bese aquella prenda la oli sintiendo un aroma a perfume mezclado con el perfume de su sexo fui pasado mi lengua humedeciendo aquellas braguitas para luego cogiendo el elástico desde ambas caderas la desnicé lentamente hacia abajo, me encontré un pequeño triángulo de buggies bien recortado que enseñaba el camino a su tesoro.

Un coño bien depilado con unos grandes labios colgando donde podía ver el brillo y humedad que destilaba mi lengua recorrió aquella raja recogiendo ...