1. La prisión de los placeres culposos


    Fecha: 26/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: josechad, Fuente: CuentoRelatos

    De seguro, en algún medio de entretenimiento, como puede ser una película o una serie de televisión, ver la historia de un expresidiario, y el como hizo para sobrevivir el día a día en un entorno tan hostil como es el de una prisión. Este tipo de historias ya son tan comunes que la inmensa mayoría de las personas ya está cansadas de las mismas pero, el día de hoy, te voy a contar como fue mi experiencia como prisionero, y te aseguro que no se parece en nada a cualquier otra historia del estilo que hayas escuchado.
    
    Primero que nada, quiero que sepas que todo esto empezó cuando yo estaba en secundaria. Desde siempre, yo fui un joven bajito, delgado, y sin mucha personalidad, pero siempre tuve algo a mi favor, y fue mi gran talento para el hackeó y para la creación de sistemas digitales.
    
    Tras graduarme con honores de la secundaria a los 18 años, parecía que iba a tener un futuro brillante pero, tristemente, terminé yendo por el mal camino. En lugar de usar mis conocimientos para trabajar en una empresa prestigiosa, decidí usarlos para realizar todo tipo de actividades ilegales (tales como hackear cuentas bancarias, hacer estafas digitales, el tráfico de información, etc.). Al principio, mis negocios ilegales iban muy bien, pues me daban muchas ganancias, y era tan listo y tan cuidadoso qué nadie era capaz de rastrearme pero, al cumplir los 21 años, cometí un pequeño error, le permitió a la policía dar con mi paradero y arrestarme.
    
    Pese a que contraté a un abogado ...
    ... prestigioso para que me defendiera en el juicio, este me dijo que mi caso estaba completamente perdido, pues tenían pruebas contundentes en mi contra. Tras escuchar aquella desesperanzadora noticia, yo le rogué que hiciera lo que fuera para ayudarme, pues era consciente de que, si me enviaban a la cárcel, iba a terminar siendo el juguete sexual del reo más grande.
    
    Mi abogado me dijo que la única solución a mi problema era que yo declarará ante el jurado que me autopercibía como mujer para que me enviaran a una penitenciaria femenina ya que, según las leyes de mi país, el estado tiene la obligación de tratar a los ciudadanos como se autopercibían y, aunque no me gustaba la idea, termine aceptando.
    
    Al llegar el día del juicio, mi abogado y yo pusimos en marcha nuestro plan, el cual terminó funcionando, y el juez me declaró culpable y me sentía a pasar tres años de cárcel en la prisión de las Amazonas. Yo, tras oír el veredicto, me puse contento, pues pensé qué cumplir mi condena en una cárcel femenina sería algo sumamente simple pero, dentro de poco, descubriría que no iba a ser tan así.
    
    Un día después del juicio, por la noche, un patrullero me escoltó hasta la prisión de las Amazonas, la cual era una institución muy particular, ya que era la única en el mundo que era poblada y administrada por mujeres en su totalidad (eso incluye no solo a las prisioneras, sino también a las guardias, las enfermeras, el personal de limpieza, etc.).
    
    Ni bien baje del vehículo, fue recibido ...
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