1. De nueve años empalado en Alfredo el primo mayor II


    Fecha: 30/09/2025, Categorías: Fetichismo Gays Incesto Autor: Cairo, Fuente: SexoSinTabues30

    Nico, después de su experiencia con Alfredo, su primo mayor (Nico de nueve y Alfredo de 16) no sabía bien como se iban a dar las cosas, lo más lógico es que todo siga igual, el primo chico al que nadie toma en cuenta. Tampoco se hacía mucho problema por eso, después de todo así había sido siempre, pensaba resignado, pero evidentemente que la experiencia en la camioneta había sido lo más alucinante vivido en sus cortos años, ocho y medio, solía corregir, Pero ¿cuántos niños de ocho y medio habían pasado por lo mismo? En las noches soñaba con Alfredo en la camioneta y el sentado y ensartado encima, sentía una picazón muy gustosa en sus genitales, desde el pene hasta la entrada de su culo que lo hacía llevar sus manos y tocarse, entregándose a unas sensaciones que no imaginaba que existían con su penecito durísimo y su culito que palpitaba cuando se tocaba. El resto del día seguía siendo un niño travieso y que ya no pescaba mucho a su padre cuando hacía comparaciones insidiosas con sus primos varones.
    
    Ya no le desagradaba tanto compartir con sus primos mayores y los amigos de ellos, solo se quedaba observándolos y notando cada detalle de sus masculinidades, en lo que el graciosamente llamaba para si mismo “pajas mentales” La actitud de Alfredo, a quien había visto poco seguía siendo la misma de siempre, no hubo rechazo ni negación como Nico pensaba, es más, se podría pensar que trataba de acercarse a él, pero también con la torpeza de un adolescente: a manotazos, riéndose ...
    ... burlescamente de su cara, o de algo de su vestimenta, en fin, de cualquier cosa, cosas que se volvían muy repetitivas y que antes eran poco usuales, Nico sintió esa fijación y no le molestaba, de pasar desapercibido, en momentos se convertía en el centro de atención entre los demás muchachos, por lo que varios salían a defenderlo de las pesadeces de Alfredo y eso sentía que le generaba empatía con algunos de ellos. Especialmente había un muchacho algo mayor que el resto, un chico de unos dieciocho años llamado Gary, era tremendamente atractivo de piel mate y pelo negro, ojos grandes tan negros como su pelo y unas facciones finas pero angulosas, era el que más lo defendía y el que más trataba de incorporarlo en algunas actividades, pese a doblarlo en edad.
    
    La semana que parecía terminar mal, Nico ya no podía dejar de pensar en lo que fue sentirse empalado, quería más, cada día sentía un picor más intenso que necesitaba calmar y ya con sus dedos no era suficiente. Así como termina la semana, empieza el fin de semana, el sábado en la tarde Alfredo y sus amigotes tenían programada una pichanga de futbol en la cancha afueras del pueblo, no pensaba ir, pero Alfredo le mandó decir que lo pasaría a buscar en la camioneta, ya que los iría a dejar el tío Pepe.
    
    Esa camioneta que a las narices de Nico aun olía al sudor, al aliento y al semen de su primo. Al final terminaron subiéndose casi todos en el vehículo, los que no cupieron en la cabina se fueron atrás saltando y armando ...
«1234...»