El Lobo del Rancho
Fecha: 04/10/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Birkin1990, Fuente: TodoRelatos
NOTAS: Esta historia fue hecha con IA y editada por su servidor, no se si esta permitido, espeor que no vaya a ver ningun problema, pero igual aclaro nuevamente, esto no fue hecho por mi, fue hecho por una IA y yo lo edite para hacerlo mas compresible porque creanlo o no, no se entendia nada, parecian pedazos sueltos de varios capitulos, pero no voy a justificar nada, igual espero que lo disfruten ya que esto fue hecho con esa intencion.
El Lobo del Rancho
El viento aullaba entre los árboles secos cuando Gimena llegó al rancho. La madera crujiente de la cerca, el olor a tierra húmeda y sangre vieja… Todo era igual. Como si el tiempo se hubiera detenido allí.
Los encargados, hombres de mirada cansada y manos callosas, la recibieron en silencio. Sabían por qué venía. Para vender. Para huir. Pero el testamento de su abuela lo cambió todo.
Gimena leyó y releyó mientras apretaba el testamento entre sus dedos, los bordes del papel amarillento cortándole la piel. Las palabras bailaban ante sus ojos, obscenas e imposibles: "Tu madre cumplió con el pacto. Cada luna llena, abría sus piernas para Él, y a cambio, el rancho prosperó. La fortuna de esta familia se construyó con su sumisión."
Ramón le explicó que su fortuna y suerte, provenía del pacto con el “lobo”, un brujo mitad hombre y animal, su madre recibía la visita hasta el final de los días, Gimena bufo, su madre casi parecía una puta descrita tanto en el testamento como por Ramón, el viejo encargado, observaba ...
... desde la puerta, sus ojos opacos cargados de secretos.
—"Tu abuelo hizo el trato hace décadas"— susurró, como si temiera ser escuchado. —"El Lobo no es una bestia cualquiera. Es un Nahual. Un brujo que camina entre sombras. Y ahora... te toca a ti."
Gimena soltó una risa cortante.
—¿Mi madre? ¿En serio? siempre tan recatada, tan perfecta— gemía como una ramera bajo las garras de esa criatura. —Qué asco.
Pero Ramón no se inmutó.
—Ella entendió. El Lobo no solo toma... da.— Sus ojos bajaron a las marcas en el suelo, arañazos profundos que Gimena no había notado antes. —Dinero. Protección. Fertilidad. Todo tiene un precio. Ramón le extendió tres libros amarrados, —Las páginas describían encuentros ardientes, noches en las que su madre…
Gimena sintió un escalofrío. No era miedo. No del todo.
Más tarde por la noche.
Gimena encendió la lámpara de aceite, su luz temblorosa alumbrando las páginas manchadas de los diarios de su madre. El rancho crujía a su alrededor, como si las paredes supieran lo que estaba a punto de descubrir.
"3 de noviembre, 1985. Él vino otra vez. Sus manos son garras, pero saben acariciar mejor que las de cualquier hombre..."
Gimena sintió un calor entre sus muslos. No podía creerlo. Su madre, la mujer que solo la había besado en la frente con labios fríos, describía con lujo de detalle cómo el Lobo la empalaba contra la pared del establo, cómo sus colmillos le mordían los pezones mientras sus caderas bestiales la reventaban.
"20 ...