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Dos gemelos culones para una sola polla
Fecha: 05/10/2025, Categorías: Gays Incesto Intercambios Autor: Gabito180, Fuente: SexoSinTabues30
... un bañador amarillo y de igual manera mostrando su cuerpo de adolescente. En eso salieron disparados al río Ale y Santi ya con sus bañadores puestos. Ufff, lucían deliciosos con esos slipers tipo tangas, usaban ambos unos de color rojos que apretadaban sus culitos bien parados y al mojarse se les metían entre las rajitas, marcando cada curva y si dejar nada a la imaginación. No pude evitarlo, se me paró ahí mismo y tuve que moverme el bicho pa’ que no se notara. Nos metimos al agua y para aventarse, los gemelos escalaron una rocas con sus trajecitos bien pegados a sus culitos. Diego estaba a mi lado con una sonrisa de bellaco y viendo fijamente ese par de nalgas regordetas menearse mientras se sobaba el bulto en su entre pierna. Me miró sin perder su sonrisa y me hizo una seña como si agarrara unas nalgas invisibles, pa’ luego agarrarse el bicho que tenía durísimo, como si me estuviera diciendo «esas nalgas son mías». Siguió a los gemelos a la roca y con la escusa de querer ayudar a subir a Ale, logró agarrar sus nalgas y luego fingió resbalarse para clavar su cara en el culo regordete del niño; ambos rieron como si fuera un accidente gracioso. Santiago por el otro lado, volteó dándonos la espalda e inocentemente separó sus nalgas para sacar su traje de la raja, que se había hundido en su blanco y lampiño culito. Con esa escena en mis ojos mi bicho me latía y no podía soportar más, mencioné que iba a ir a orinar y me retiré de aquel lugar. Me alejé lo ...
... suficiente para esconderme detrás de unas rocas y sin pensarlo me bajé los pantalones y liberé mi polla, la cual tenía en 16 cm de pura erección en aquel momento. Clarito como mi piel antes de que el sol me bronceara y mi glande de un tono rosita. La tenía bastante grande la verdad, acompañada de venas y un par de huevotes que me suplicaban ser exprimidos. Tomé mi bicho en mis manos y comencé a masturbarme con salvajismo. No me hizo falta escupir, el agua del río ya me lo tenía resbaloso. Mi pene estaba durisimo con las nalgas de esos gemelos en mi cabeza. Cerré los ojos para visualisar mejor ese momento donde los vi desde atrás, con sus culitos blanquitos, mojaditos, con esos trajes hundiéndose entre las rajitas y abriéndose para mí. Uffff papi me volví loco. Sentí cómo la lechita empezaba a subir desde mis huevos con presión hasta llegar a mi glande, para luego disparar en la hierba varios chorros de leche que me hicieron estremecer y soltar un gemido ahogado. Sacudí mi bicho para limpiar los restos de mi corrida y con una cara ya relajada me subí mi los pantalones y regresé con ellos al agua. Jugamos un rato entre empujones y agarrones de culo disimulados y tiempo después nos fuimos de regresó. Pasaron los días y eso se volvió rutina: Mi primo y yo nos la pasábamos todo el día con ellos, agarrando sus culos cada que podíamos, jugando luchitas en los establos en las que arrimabamos nuestros bichos en sus culitos. O los llevábamos al río con sus trajecitos apretados para ...