Cullera 4 - Relatos Eróticos

Cullera 4

Los chicos se marcharon al pueblo con sus amigos dejándonos solos con sus padres.

Sentados en el jardín preparamos unas copas y las tomamos tranquilamente mientras charlabamos.

Tras el segundo cubata las lenguas se fueron soltando un poco.

Miguel- Sé que son mis hijos pero a veces pueden ser insoportables.

Marga- No digas eso. Son buenos chavales.

Yo- Sí lo son. Y obedientes. Hicieron todo lo que les dijimos y sin rechistar.

Mario- Nosotros no tenemos hijos pero recuerdo tener su edad. La testosterona saliendo por las orejas.

Marga- Y nosotras las hormonas al pil pil.

Carol- Eso es verdad. Pero todos hemos sido jóvenes.

Miguel- A veces pienso que yo no.

Marga- Quieres que te recuerde tú juventud? Que me perseguias por todas partes más salido que un mono?

Carol- Jajajajajajaja. Eso me lo creo. Todos son iguales.

Miguel- Algo recuerdo. Pero no era para tanto.

Marga- Joder que no. Cuantas veces lo hacíamos a la semana? Prácticamente todos los días. Y hasta dos veces. Y en cualquier lado!

Miguel estaba poniéndose colorado pero siguió el juego a su mujer.

Miguel- Yo también recuerdo algunas veces. Y eras tú la que me metía mano.

Marga- Porque estabas todo el día con la polla dura.jajajajaja.

Mario- Miguel yo te entiendo. Si ahora es una belleza no quiero ni pensar cómo era de más joven.

Miguel- Un pivonazo.

Marga- Para empezar no tenía caídas las tetas. Y ya puestos ni el culo.

Yo- Tampoco exageres que ahora también están ...

... muy bien puestas.

Miguel- No te esfuerces. Se le metió eso en la cabeza y no es capaz de ver lo contrario. A mí aún me ponen muchísimo.

Marga- Eso es porque no comparas con otras. Las de Carol están bien subiditas. Eso y que eres un viejo verde.Jajajajajajaja.

Mario- Pues entonces yo también lo soy. Aunque como las de Carol no hay ninguna.

Mientras lo decía alargó una mano y pellizcó uno de mis pechos lo que hizo que se ganará una colleja.

Mario- Ay!Pero que dije?

Yo- Eso por pellizcarme una teta.

Mario- Ni que fuera la primera vez.

Un envalentonado Miguel intentó lo mismo con su mujer pero ésta fue más rápida y le paró la mano.

Marga- Te pille!jajajaja

Miguel- Si es que me acuerdo de las cosas que me hacías y me dan escalofríos.

Marga- ¡Cuidado! No cuentes todo!

Yo- Jajajajaja. ¡Quita, quita! Cuenta que igual aprendemos algo!

Ya íbamos por el tercer cubata y las lenguas desatadas. Y las manos ni te cuento.

Miguel se levantó y se colocó detrás de su mujer.

Desde atrás agarró sus pechos mientras ella le daba manotazos riéndose.

Miguel- Pues la ponía aquí en medio y…

Marga-!Pero cállate!

Mario- Ahora te va a dar vergüenza? ¡Pues eso a mí me encanta!

Yo- Y a mí!

Marga- Ahora me explico porque te mira tanto Miguel el escote.

Miguel- OYE! ¡Que no lo miro tanto! Bueno. De vez en cuando un poco.

Mario- Es que son para mirarlas y admirarlas.

Marga- Y encima te gusta enseñarlas!

Yo- Pues claro. Y que las miren. Y ...