1. Me enamoré de una prostituta


    Fecha: 07/10/2025, Categorías: Hetero Autor: Donner1417, Fuente: CuentoRelatos

    Veo a Patricia una vez a la semana desde hace más de cinco años, incluso antes de que comenzara la pandemia. Las primeras veces el servicio fue muy formal. Nos veíamos en un hotel y ella llegaba vestida con sencillez para después meterse al baño a cambiarse. Salía con una lencería que la hacía ver muy buena. Ella tenía treinta y cinco años y yo veinticinco. Tenía un abdomen plano, nalguitas bien formadas y unos pechos que habían visto tiempos mejores pero seguían siendo toda una visión que inmediatamente me provocaba erecciones.
    
    Esa tarde me acosté boca arriba mientras ella me colocaba el condón con la boca. Me la mamó un buen rato hasta que no pude más y le pedí que se acostara boca arriba. Ella obedeció y la penetré de un solo movimiento. Mantuvo los ojos cerrados casi todo el tiempo. Yo acaricié sus tetas caídas y bombeé hasta vaciarme en el condón. Gruñí para hacerle saber la inminencia de mi eyaculación y gimió con profesionalismo para contribuir al efecto.
    
    Una vez terminado, salí de ella y ella revisó el condón en búsqueda de fisuras sin encontrar nada: toda mi semilla había quedado atrapada en el látex. Le pagué la tarifa establecida y añadí una propina generosa. Se despidió con un frugal beso en los labios y salió del cuarto.
    
    Poco a poco me fui ganando su confianza. Comencé a llevar una botella de vino a nuestros encuentros y a poner música, relajando el ambiente. También comencé a preguntar qué otros servicios realizaba. Me dio las tarifas para el sexo ...
    ... oral sin condón, el sexo anal y la oportunidad de terminar en sus tetas o en sus nalguitas. A partir de ese entonces nunca me la volvió a mamar con condón, incluso, por una tarifa adicional me permitía de vez en cuando eyacular en su boca. Después del sexo nos quedábamos abrazados platicando. Varias veces también nos metíamos al jacuzzi en el hotel para divertirnos mientras platicábamos y bebíamos.
    
    Así fueron pasando los años. Por aquel entonces yo tenía una nueva con la que tenía una vida sexual pésima, además de llevarnos fatal en todas las demás áreas, por eso no sentía remordimientos cuando estaba dentro de Patricia. Terminé con aquella novia porque la situación se había vuelto insoportable. Ese día fui a los brazos de Patricia, quien me consintió no cobrándome el extra por el oral al natural.
    
    Pensé que no pasaría, pero terminé enamorándome de ella. Durante meses sólo pensé en ella. En su cuerpo, las tetas que había aprendido a amar y cuyos pezones pertenecían en mi boca. Sabía perfectamente qué movimientos y caricias hacían que se viniera y sobre todo, se había vuelto en mi confidente y en la relación más estable y duradera que alguna vez tuve.
    
    Para ella, sin embargo, yo sólo era un cliente más. Un cliente generoso y competente a la hora de coger, pero un cliente como cualquier otro.
    
    Lo que sí sucedió fue que nos convertimos en amigos. Sin celos de por medio pero con la oportunidad de cogérmela, podía contarle mis lances amorosos en la vida real. Más bien mis ...
«1234»