1. Me enamoré de una prostituta


    Fecha: 07/10/2025, Categorías: Hetero Autor: Donner1417, Fuente: CuentoRelatos

    ... ni con cuántos hombres has estado. Quiero estar contigo.
    
    Las palabras comenzaron a hacer mella en la mente de mi amada Patricia.
    
    —¿En serio? ¿No te importa?
    
    —Para nada, sólo quiero estar contigo. Te amo.
    
    Dejó pasar unos segundos en silencio pero dejó de luchar contra mi pasión.
    
    —Yo también te amo, Samuel. Hazme tuya.
    
    Nos besamos apasionadamente.
    
    Seguí embistiéndola y cada movimiento me llevaba al éxtasis más alto. Estaba cumpliendo mi sueño de hacer el amor de verdad con Patricia, la prostituta de la que me había enamorado. Al fin estuve al borde de la eyaculación y decidí que si tanto nos amábamos, el hombre debe eyacular en la vagina de su mujer sin importar las consecuencias. Patricia debió pensar lo mismo porque gritó con cada chorro de semen que le descargaba en el coño.
    
    —Así, papi, así, lléname de ti, no dejes ni una gota…
    
    Después de vaciarme en ella, nos quedamos abrazados un rato.
    
    Yo la cubría de besos. Era la mejor tarde de mi vida.
    
    —¿Estás bien? —pregunté después de un rato —te noto muy pensativa. ¿Te arrepientes de lo ocurrido?
    
    —No, mi amor, no me arrepiento, llevábamos tiempo retrasando lo inevitable. Yo también te amo desde hace tiempo, no sé por qué seguía con aquel, supongo que por el dinero, pero esto se sintió correcto. Estar contigo es lo correcto, mi Samuel. Sólo hay algo que me preocupa…
    
    —¿Qué es, mi vida?
    
    —Debido a mi oficio siempre he usado condón y nunca he estado en ningún método anticonceptivo, es posible que ...
    ... tanto semen dentro de mí termine por embarazarme, si sucede… ¿qué hacemos?
    
    —¿Qué hacemos? Pues casarnos. Jamás permitiría que algo le pasara a un hijo mío, mucho menos si es contigo. No te preocupes, amor. Esta junta de la que salí representa un contrato de varios millones y nos irá bien los próximos años…
    
    Patricia sólo se abrazó a mí.
    
    Llego el momento de vestirnos y despedirnos. Intenté pagarle pero lo que acababa de suceder era invaluable.
    
    —No, guapo, no quiero tu dinero, te quiero a ti —fue su respuesta.
    
    El viernes volví a verla. Esta vez en un bonito café, era nuestra primera cita.
    
    Pasamos la tarde conversando y riendo como una pareja de verdad. Fui muy feliz. A la hora del postre me dio la noticia: nuestro encuentro sin protección había rendido frutos y estaba esperando un hijo mío. Me puse de pie para acercarme a ella y la abracé.
    
    —Te amo, Patricia y no te va a faltar nada, te lo prometo.
    
    Nos casamos un mes después en una ceremonia civil. Su familia no asistió porque no soportaba su profesión, así que tampoco invité a la mía. Nos fuimos a Cancún de luna de miel y cogimos todas las noches hasta que el cansancio nos vencía.
    
    —Ya no tiene caso que te pongas condón, guapo, el mal ya está hecho —me decía cada vez que eyaculaba en la vagina de mi ahora esposa.
    
    Con el dinero del trato pudimos abrir un pequeño bar. Había sido el sueño de ambos y Patricia trabajó como bar tender antes de entrar al negocio de la prostitución. Ella administra y atiende ...