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Mis vacaciones laborales (2)
Fecha: 09/10/2025, Categorías: Infidelidad Autor: SaulOsorio, Fuente: CuentoRelatos
... qué me va a incomodar? Yo: No sé, te ves incómoda. Pamela: Es que no quisiera estar escuchando esas cosas, nada más. Cambié de tema mirando la bolsa que llevaba en la mano. Yo: ¿Y eso? Pamela: Ah, son mis cosas de la piscina. Las olvidé cuando regresamos del piso de Sergio. Yo: ¿Estabas en el departamento de Sergio recién? Pamela: No, solo pasé a recoger esto. Pero entiendo porque estaba en bata nada más, jaja. Yo: Qué suerte que no lo agarraste en pleno acto, jajaja. En ese momento llegó Julio con la cena. Los tres nos sentamos en la cocina. La conversación giró en torno a la piscina y lo que haríamos mañana, aunque Pamela no tenía intención de hablar mucho. Julio, en cambio, se quejaba de lo “estresado” que estaba, como si hubiera hecho mucha cosa. Había estado tomando con Sergio. Yo: Con razón regresaste a dormir de frente. Julio: Así es, aunque no tomé mucho. Llegué como a las seis. Yo: No te vi entrar, seguramente dormía. Julio: Tú no, pero justo me topé con Pame… perdón, con Pamela, jaja. Pamela: Soy testigo, es verdad. – Rieron los dos – Yo: ¿No habías salido solo un rato? – le pregunté a Pamela. Pamela: Sí, más o menos a esa hora… seis o siete. Ante las dudas de Pamela, Julio intervino: Julio: No vi bien la hora, estaba oscuro ya. Creo que tal vez eran las siete. Yo: Entonces, ¿para qué me preguntaste por Pamela si ya la habías visto? Julio: No sé, cholo… te dije que había tomado. Pamela se levantó de ...
... inmediato para lavar los platos, cortando la conversación en seco. Pamela: Bueno amor, ya es hora de descansar. La mañana siguiente, mientras me vestía, Sergio entró de nuevo al departamento para hablar con Julio, que estaba en la sala. Apenas Pamela lo oyó, noté cómo se tensaba. Cuando salió, Sergio a lo lejos la saluda. Sergio: ¡Pamelita, mi güerita! – reía mientras la cargaba. El golpe de sus sandalias contra el suelo al bajarla fue evidente -. Pamela: Hola, Sergio… buenos días. – Su voz sonaba tímida, seca -. Sergio: Te traje esto. No alcancé a escuchar qué respondió Pamela ya qué hablaba casi susurrando, pero Sergio agregó. Sergio: No sé si lo olvidaste anoche o querías que me lo quedara yo como recuerdo. Igual te lo traje, no vaya a ser que no lleves nada puesto ahora. Al salir de la habitación vi a Sergio con ambas manos sobre las caderas de Pamela. Al notar mi presencia, ella apoyó la suya en el hombro de él, como queriendo dar a entender que era un gesto amistoso. Pamela: Bueno, gracias. Lo iré a guardar, ya regreso. Sergio: Sí, vaya linda. Aunque la próxima me lo quedo, ¿eh? Pamela me miró e hizo un gesto con los ojos, señalando hacia arriba, como diciendo “qué pesado es”. Sergio: ¡Saulito! ¿Cómo estás, carnal? A poco seguías acá – riendo -. Hoy tienes que unirte a la piscina con nosotros. Pamela regresó rápido, apenas diez minutos, y se notaba seria, incluso molesta por la presencia de Sergio. Sergio: Ayer fue espectacular, ...