-
El niño más gordo del campamento II.
Fecha: 09/10/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Fetichismo Autor: GordMadrid, Fuente: SexoSinTabues30
... gordos como nosotros lo tenemos. Igual que tu nos comes nuestras pollas, nosotros podemos comerte a ti el culo ¿Lo sabias? Me estaba incomodando el giro que estaban tomando los asuntos, así que hice de tripas corazón y me bebí todo el whiskey de un trago. Mi polla estaba perdiendo dureza en la carita del niño. Él lo noto y empezó a hacerme una suave paja, como todo un experto. Era un crío muy listo. -¿Cómo se puede comer el culo? ¡Si no entra en la boca! Dijo el niño con gran alegría, animado sabiendo que había dicho un gran chiste. El alcalde le siguió el juego y se rió, se agitaba su cuerpo, pero nada comparado con el de Jaime, que estaba entre mis piernas y me golpeaba con su grasa en una vorágine de risas y grasa. -No hace falta meterse las cosas en la boca para comérselas. Mira como no te entra mi polla en la boca y sin embargo te comes mi premio como todas las demás. Sergio estaba sentado a mi lado bebiendo cuando dijo eso, dándome un susto por no haber advertido su presencia. -Algún día te la podrás comer cuando tu boca sea lo suficientemente grande. Sé que tienes tantas ganas como yo y quieres crecer rápido para poder llenarte de mi polla. Tu culo es igual que tu polla favorita, Jaime. Nos lo podemos comer a lengüetazos, metiéndonos entre tus pompis, que son enormes para hombres como nosotros. Sergio lo decía muy serio y con la polla dándole espasmos imaginando las futuras mamadas que le daría su amante obeso. Parecía que tenían planes juntos. -Eso es, hijo, si tu ...
... quieres puedes darnos el mayor premio de nuestras vidas, para que estemos tan contentos como tu lo estás ahora. Jaime miró a su alrededor. -Parecía notar la gravedad de recompensar a sus seres queridos, sus ojos miraban de un lado a otro y se toparon con mi mirada. Me miró y yo asentí sonriéndole. Era justo que nosotros ganaramos el premio de los más pervertidos del campamento. -Y ¿Cómo hago? El alcalde se arrodilló detrás suya. Mientras agarraba la goma de los pantalones del chandal del niño le dijo con una cara de enfermo, de pervertido de callejón por la noche: «no te preocupes, sólo relájate y disfruta, como hasta ahora». Bajó los pantalones dejando al descubierto unos calzoncillos demasiado pequeños para lo gordo de ese crío. Unos sleeps que apenas tapaban los enormes glúteos y que se quedaban a medio camino de ocultar la larga raja. Sergio cambió rápidamente de sofá, para acomodarse en el de enfrente y poder ver el nuevo espectáculo que iba a comenzar. -Sigue comiendole la polla a Antonio.-Dijo El director con su seriedad habitual. – No debes nunca rechazar un premio que se te da, y Antonio te lo está dando con todo su amor. El niño agitó su cara. Mi erección estaba a la mitad pero ver como toda su cara se deformaba moviéndose y sus labios se golpeaban con sus mofletes, que se agitaban con rapidez, como látigos, me devolvió todas las ganas de disfrutar de ese crío obeso, de toda su carne y sus partes blandas y fofas. Le agarré de la carita impidiendo que volviera a hacer ...