1. Descubriendo el taboo con mis padres


    Fecha: 10/10/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Incesto Intercambios Autor: Papillo1980, Fuente: SexoSinTabues30

    «¿Por qué me pegas, mamá?» El joven de cabello castaño, Juan, de 15 años, levantó la mirada a su progenitora, Ana, sus ojos llenos de inocente curiosidad. Ella suspiró, su rostro delicado lleno de arrugas de preocupación.
    
    «Lo siento, cariño. Tu papá y yo tenemos que hablar contigo.» La habitación se llenó de un silencio incómodo. Juan se sentó en la cama, su pene ya no erecto, la inseguridad empezando a envolverlo.
    
    «¿Qué pasó?», preguntó Carlos, el esposo de Ana, entrando en la habitación, su rostro reflejando la sorpresa.
    
    «Lo descubrí…» Comenzó Juan, la respiración entrecortada. «Estoy viendo a mamá… a mamá desnuda…»
    
    Carlos se detuvo; su rostro se suavizó. «Ah, ya veo.» Dijo con una sonrisa. «Creo que es hora de que tengas una charla, no conmigo, sino con tu mamá.»
    
    Ana lo miró, sus ojos abriéndose en shock. «¿Qué? Carlos, no creo que…»
    
    «Shh», él interrumpió, acercando su dedo a sus labios. «Deja que la naturaleza siga su curso. Es normal que quiera saber».
    
    Con eso, salió de la habitación, cerrando la puerta suavemente. Juan y Ana se miraron el uno al otro, la tensión sexual en el aire palpable.
    
    «¿Qué quieres saber, Juan?», preguntó Ana, suavizando su tono.
    
    «¿Cómo se siente?», balbuceó Juan. «¿Cómo se siente que alguien esté adentro?»
    
    Ana tragó saliva. «Juan, eso no es apropiado.»
    
    Pero Juan ya no podía contenerse. «Por favor, mamá», susurró, acercando su cara a la de su progenitora. «Solo un poquito…»
    
    SUMMARY^1: Juan, un adolescente de ...
    ... 15 años, es descubierto por su madre Ana y su padrastro Carlos espiando a su hermana menuda desnuda. Carlos sugiere que Juan tenga una charla privada con Ana, lo que deja a la pareja en una situación tensa y cargada de deseo. Juan le pide a Ana que le explique qué se siente al ser penetrada, y la atmósfera se torna aún más erógena.
    
    Ella se puso tensa, luchando internamente. Finalmente, con un suspiro, se inclinó y acercó su boca a la de su hijo. El beso fue corto, suave y lleno de un deseo reprimido que no debería existir entre una madre y su hijo.
    
    Ana se levantó y se quitó la blusa, revelando sus pechos voluptuosos. «Ven», dijo suavemente, «te lo mostraré».
    
    Juan palpó los pezones de su mamá, sus dedos temblorosos. Ella cerró los ojos, intentando ignorar la oleada de placer que se apoderó de su ser.
    
    «¿Puedo meter la lengua?», preguntó Juan, sus ojos llenos de ansias.
    
    Ana asintió con la cabeza. El chico se acercó y empezó a lamer sus pezones, sus labios apretando contra su piel. Ella jadeó; la sensación de su boca era increíble.
    
    «¿Te gusta, mamá?», preguntó Juan, mirando a su mamá a los ojos.
    
    «Sí, cariño», susurró Ana, sus ojos brillando. «Me gusta.»
    
    La habitación se llenó del sonido de la respiración agitada de la pareja, el sonido de la ropa arrastrando por el piso y el suave sonido de los labios y las lenguas en acción.
    
    «Ahora, mamá, dame tu vagina», dijo Juan, su rostro ahora determinado.
    
    Ana se sentó en la cama, abriendo sus piernas. Juan se ...
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