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Un Viaje de Placer - FIN
Fecha: 12/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sol Molinari, Fuente: TodoRelatos
... detalle la llenaba de un extraño orgullo. Y mientras el reloj en la pared seguía avanzando, ignorante de la escena, Laura siguió chupando, sabiendo que esta noche, por lo menos, ella era el secreto más sucio de Rubén. Con un gesto firme de su mentón, Rubén señaló hacia su regazo. No hizo falta decir más. Laura entendió al instante, sus ojos oscuros brillando con una mezcla de nerviosismo y determinación. Se levantó de entre sus piernas, las rodillas marcadas por el tiempo pasado sobre la alfombra, y se posicionó sobre él con movimientos deliberadamente lentos, como si cada segundo de anticipación fuera parte del juego. El sostén de encaje negro seguía colgando de un hombro, revelando un pecho que se balanceaba con cada respiración agitada. El otro, todavía cubierto por la tela negra, se movía al compás de su corazón acelerado. Sus nalgas, redondas y firmes, temblaban levemente mientras se acomodaba sobre las caderas de él, sintiendo la punta ardiente de su miembro presionando contra su entrada ya sensible. —Despacio —murmuró Rubén, sus manos agarrando sus caderas con fuerza—. Quiero sentir cada centímetro. Laura asintió, mordiendo su labio inferior mientras comenzaba a hundirse sobre él. La sensación de estirarse otra vez para acomodar su grosor la hizo contener el aliento. Un gemido escapó de sus labios cuando finalmente lo tuvo todo dentro, su cuerpo ajustándose perfectamente alrededor de él como un guante de seda caliente. —Dios… —jadeó, inclinándose ...
... hacia adelante, sus manos apoyándose en el pecho velludo de Rubén. Sus pechos, ahora libres por completo del sostén, colgaban pesados y tentadores, los pezones rozando el torso de él con cada movimiento leve. Rubén no pudo resistirse; levantó una mano para agarrar uno, apretando la carne suave mientras Laura comenzaba a moverse. Ella inició un ritmo lento pero profundo, levantándose hasta casi liberarlo por completo antes de dejarse caer otra vez, cada embestida acompañada por un sonido húmedo que llenaba la habitación. Sus nalgas chocaban contra los muslos de él con un golpe sordo, la piel enrojeciéndose con el impacto repetido. —Así… justo así —gruñó Rubén, sus dedos hundiéndose en la carne de sus caderas para guiarla—. Quiero que te corras en mi verga, que no puedas caminar mañana sin recordar quién te la metió. Laura, ya perdida en la sensación de fricción interna, solo pudo asentir. Cada vez que bajaba, sentía cómo él raspaba ese punto dentro de ella que la hacía ver estrellas. Sus músculos internos comenzaron a contraerse involuntariamente, una presión creciente que amenazaba con estallar. —Rubén, yo…— intentó hablar, pero las palabras se convirtieron en un gemido prolongado cuando una de sus manos bajó hasta donde sus cuerpos se unían, sus dedos encontrando el pequeño nudo sensible que necesitaba atención. —Sí, putita, siéntelo —rugió él, sintiendo cómo su interior se convulsionaba alrededor de él—. Pero no pares. Laura, ahora al borde, siguió ...