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Un Viaje de Placer - FIN
Fecha: 12/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sol Molinari, Fuente: TodoRelatos
... moviéndose incluso cuando las contracciones la sacudían, incluso cuando el placer se volvió casi doloroso en su intensidad. Quería que este momento durara para siempre, que Rubén nunca olvidara cómo su cuerpo joven y ardiente se entregaba a él sin reservas. Y cuando finalmente él la empujó hacia abajo para clavarse hasta el fondo, cuando sintió el pulso caliente de su climax llenándola otra vez, supo que lo había logrado. Quedaron así, jadeando, pegados por el sudor y otras cosas más íntimas, el tiempo suspendido en el aire cargado de sexo y mate. Laura, exhausta pero triunfante, apoyó la frente contra la de él. —¿Vas a acordarte de mí? —preguntó, ya sabiendo la respuesta. Rubén solo sonrió, un gesto lento y satisfecho, antes de darle un pellizco final en el pezón. —Como si pudiera olvidar. El sudor se enfriaba sobre la piel de Laura mientras yacía sobre el sofá, sus piernas todavía temblorosas, el cabello revuelto pegado a su cuello y frente. Rubén ya se había levantado, sus movimientos prácticos y sin prisa mientras recogía su ropa del suelo. El silencio entre ellos era pesado, cargado de todo lo dicho y lo no dicho. Laura lo observó mientras se abotonaba la camisa, sus dedos grandes trabajando con eficiencia cada botón. La luz del atardecer entraba por la ventana, pintando su perfil con tonos dorados que hacían resaltar las canas en sus sienes. —No te vistas todavía —murmuró él, sacando su teléfono del bolsillo del pantalón. Ella no ...
... entendió al principio, pero cuando levantó el dispositivo y apuntó hacia ella, supo lo que quería. Una parte de ella quiso protestar, cubrirse, pero otra, más profunda, se sintió halagada por el deseo de preservar ese momento. En lugar de esconderse, arqueó levemente la espalda, permitiendo que su pecho siguiera al descubierto, sus curvas aún marcadas por el roce de sus manos. El flash del teléfono iluminó la habitación por un instante. Rubén miró la pantalla, satisfecho, antes de guardar el dispositivo. —Para el recuerdo —dijo simplemente, como si no acabara de capturar un pedazo de su intimidad para siempre. Laura no pidió ver la foto. Sabía que no importaba si salía bien o mal; lo que contaba era el gesto en sí, la posesión implícita. Rubén se ajustó el cinturón con un chasquido metálico, luego buscó sus llaves en el bolsillo. Cada movimiento suyo era una confirmación de que esto terminaba aquí, hoy, sin promesas ni lamentos. —¿Y si quiero verte de nuevo? —preguntó Laura, sabiendo la respuesta pero necesitando escucharla de todos modos. Él se detuvo en la puerta, volviéndose solo lo suficiente para que ella viera su perfil. —No va a pasar —respondió, su voz firme pero no cruel—. Algunas cosas son mejores porque no se repiten. Y entonces, con un último vistazo a su cuerpo desnudo y usado, salió. La puerta se cerró con un clic suave, el sonido final de un capítulo que nunca tendría continuación. Laura permaneció en el sofá, escuchando los pasos de Rubén ...