1. El juguete de Rowan – Capítulo 4


    Fecha: 12/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM Sexo en Grupo Autor: Kora, Fuente: SexoSinTabues30

    Esa mañana fue extraña para Alina: Rowan la bañó él mismo, con agua caliente, enjabonándola como si fuera un trozo de carne preciosa. Ella obedeció en silencio, sus mejillas rojas cada vez que sus dedos la rozaban sin pudor.
    
    Luego, sin darle ropa, la condujo por los pasillos de la mansión hasta una habitación más pequeña con una gran mesa de madera.
    
    Allí, un hombre de mediana edad, tatuado y con guantes negros de látex, los esperaba. A su lado, Marcus.
    
    Alina tragó saliva al ver la mesa y la caja metálica con agujas y joyas brillantes. Rowan le sujetó el mentón.
    
    —Hoy vas a embellecerte para mí.
    
    Ella palideció.
    
    —P-papi…
    
    —Shhh. —le acarició la mejilla con el pulgar—. No llores. Vas a ser preciosa con estos piercings en los pezones. Brillarás como mi tesoro.
    
    El tono amoroso no disimulaba la orden. Ella asintió lentamente.
    
    —Sí… papi…
    
    Rowan sonrió satisfecho.
    
    —A la mesa. Boca arriba.
    
    Entre Marcus y él la acomodaron sobre la madera fría. Sus piernas colgaban a los lados, la cabeza también. Le ataron las manos bajo la espalda para que no pudiera cubrirse. Su respiración se aceleró.
    
    —No uses anestesia —le dijo Rowan al perforador—. Quiero sentirla retorcerse de dolor.
    
    El hombre asintió, indiferente, preparando las agujas. Rowan miró a Marcus con una orden muda. Marcus empezó a desabrocharse el pantalón.
    
    —Vamos a mantenerla bien entretenida.
    
    Rowan se movió hacia la cabeza de Alina. Ella abrió la boca en un acto reflejo de obediencia. Su ...
    ... polla dura la invadió con un solo empuje. Ella gimió con la garganta cerrada.
    
    Marcus se colocó entre sus piernas abiertas y la penetró con fuerza en el coño, haciendo que la mesa crujiera.
    
    El perforador se acomodó junto a sus pechos, marcando con un rotulador los puntos exactos. Alina gemía alrededor de la polla de Rowan mientras Marcus la follaba duro.
    
    —Aguanta, muñeca —ronroneó Rowan, sujetándole la cabeza con ambas manos—. Mira a papi. Trágatela.
    
    El perforador le sujetó el pezón con pinzas frías. El metal contra su piel erizada la hizo temblar más.
    
    —Uno —dijo el hombre.
    
    La aguja entró con uncrack húmedo. Ella gritó ahogado, su cuerpo arqueándose mientras Marcus gruñía y embestía aún más profundo, estimulando brutalmente su coño constantemente sensible. Rowan no le dejó separar la boca: empujaba hasta el fondo, sintiendo cómo sus lágrimas le humedecían
    
    —Buena chica… —murmuraba él—. Traga… traga para papi…
    
    El perforador pasó al otro pecho, repitiendo el proceso. Otro chillido, otro espasmo involuntario. Cuando terminaron, colocó dos aros de platino con diamantes de diez quilates en cada pezón. Rowan los hizo tintinear con un dedo, orgulloso.
    
    —Perfecta. Mira qué joyas, preciosa. Vas a brillar para mí.
    
    Ella respiraba con dificultad, saliva y lágrimas mezclándose mientras la polla de Rowan seguía dentro de su boca. Él sacó su polla.
    
    —Te gustan las joyas en tus pezones, ¿verdad?
    
    Ella tragó saliva y contestó con voz quebrada:
    
    —Sí… papi… me ...
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