El esposo del Mafioso. Cap V - Relatos Eróticos

El esposo del Mafioso. Cap V

... excitaba y lo hacía querer más. Augusto comenzó a estimular el miembro de Pietro con más intensidad. Pietro gemía y jadeaba con cada toque y caricia que Augusto le daba, no le importaba mostrar lo que estaba sintiendo ni que su hombre lo viera tan entregado de esa manera.

Pietro no intentaba disimular el placer que le causaba su esposo, no se contenía, el sonido de las olas pasaron a segundo plano, todo el espacio lo llenaban sus gemidos.

Después de unos minutos del vaivén de la mano de Augusto sobre el miembro de Pietro que ya se había mojado un poco por la excitación, Augusto lo miró a la cara y vio que estaba entregado por completo, eso le daba una sensación de placer.

—¿Te gusta? — preguntó Augusto con una expresión maliciosa, sin detener su mano.

—Agg… si.. ¡Me encanta! — apenas pudo contestar Pietro.

Escuchar esas palabras lo emocionó aún más, Augusto intensificó sus movimientos hasta escuchar el gemido alto y ronco de Pietro, sintiendo cómo su orgasmo se deslizaba por su mano. Augusto miraba la espalda sudorosa de Pietro, que subía y bajaba rápidamente, por la forma en que respiraba, aún no sabía qué pensar en ese momento, solo sabía que quería más.

—¿Hay algún preservativo aquí? —preguntó Augusto, con la respiración agitada

— En esa caja — apenas pudo responder Pietro entre jadeos con la cabeza apoyada en el sofa

— No te muevas — ordenó Augusto.

Pietro levantó las comisuras de los labios en una sonrisa, estaba claro que a Augusto le ...

... gustaba dar órdenes y hacer lo que quisiera con él, también estaba divirtiéndose e iba a seguir siendo obediente, para ver hasta dónde llegarían los dos.

Augusto fue hasta la caja que él indicó, la abrió y vio dentro el preservativo y el lubricante. No tenía idea de cuándo Pietro los había puesto o si ya estaban allí, se notaba que todo estaba preparado.

Volvió sobre él, se colocó detrás, y bajó lentamente sus labios por su espalda. Pietro gimió. Cuando llegó a la parte baja de su espalda, Augusto deslizó la lengua suavemente por su piel y sintió cómo Pietro se estremecía.

—¿Estás seguro de esto? —susurró Augusto.

—Nunca había estado tan seguro de algo.

Augusto tomó el lubricante y comenzó a prepararlo con cuidado. Pietro gimió fuerte al sentir sus dedos moverse dentro de él, algo nuevo, diferente, pero excitante. Augusto lo hacía con suavidad, atento a cada reacción, asegurándose de no lastimarlo.

Cuando sintió que estaba listo, se colocó el condón y se acomodó detrás de él. aplicó lubricante en su miembro y comenzó a deslizarlo por su entrada.

Pietro gimió levemente al sentir el miembro de Augusto rozandolo

—Dame tus manos — ordenó Augusto y las sujeto detrás de su espalda. Haciendo que Pietro quedará completamente apoyado sobre su pecho y cara. Augusto realmente lo estaba disfrutando.

—Ahora es mi turno..—dijo Augusto y comenzó a presionar contra la entrada de Pietro, lentamente, sentia la presion de las paredes de su esposo y se preguntó si era la ...