1. El sueño húmedo (22)


    Fecha: 15/10/2025, Categorías: Incesto Autor: tauro47, Fuente: TodoRelatos

    ... chica sobre mí, por curiosidad miré entre mis piernas y pude ver cómo mi polla permanecía vertical, aunque por un momento solamente, ya que ella se dejó caer sobre ella haciendo desaparecer mi verga en su coño sin tocarla con las manos.
    
    Fue ver y no ver, nuestras ingles se fundieron, no dejando espacio entre ellas, con un movimiento cadencioso, así que pronto me vi en el riesgo de correrme como un novato.
    
    No quise pasar por esa “humillación” y me olvidé de Fátima y de Moncho, en un movimiento rápido me quité a Lola de encima y la dejé sobre el césped boca abajo. Me coloqué sobre sus muslos y me tumbé sobre su espalda sujetando las manos lo más estiradas posibles, le demostré que yo también tenía dominio sobre mi verga, y también sin manos, me deslicé entre sus nalgas y empujé.
    
    Hasta ahora el acento portugués era san dulce y suave que por sí enamoraba oírlo, pero la lengua que se le desató a la joven me hizo ver que una portuguesa enfadada también se hacía entender, aunque no supiera lo que me decía.
    
    Su madre y Moncho se giraron hacia nosotros extrañados por el cambio de su hija, pero al comprender que mi polla se le había metido en su culo se echaron a reír estrepitosamente.
    
    ·¡Joder Antonio, parece que tienes buena puntería!, ¿Sabes lo que te está diciendo?
    
    ·No, pero sospecho que no me gustaría, jajaja.
    
    ·Es verdad, pero lo más importante es que la has desvirgado por el culo, es la primera vez que se la meten. -dijo Fátima-
    
    ·Menos mal que a su madre no ...
    ... le ha sentado mal.
    
    ·¡Qué va!, a ella le encanta que la culee, lo que pasa es que siempre ha querido convencer a LoIa de que se dejara y no le hacía caso, pero tú la has “convencido” enseguida.
    
    ·Pues solamente le he metido la mitad.
    
    ·¿Ah sí?, entonces espera, que su madre quiere aprovechar el momento.
    
    Fátima vino enseguida y comprobó que entre las piernas de su hija solamente había entrado mi mitad, para animarme me acarició los huevos, en un primer momento temí que me los estrujara para que le sacara la media verga, pero en realidad quería que terminara de clavar el resto.
    
    Moncho no perdió el tiempo, se sentó en la hierba delante de la cara de LoIa que lloraba, y abriendo las piernas al máximo apuntó su polla a la boca de la chica, así que con un golpe de cadera le metió el capullo, no dejándole protestar, Lola estaba atrapada, yo sujetándole las manos, ella boca abajo, sin poder protestar con la boca llena y su madre acariciándome la polla y los huevos, empujando mis nalgas para que le acabara de follar aquel culo virgen tan estrecho.
    
    Al parecer Fátima quiso que su hija recordara su “bautismo” de pollas y no dejó de empujarme hasta que me corrí en su culo. Ya no gritaba, ahora gimió o algo parecido, porque casi se ahogaba tosiendo, ya que Moncho, animado por Fátima también llenó de leche la boca de su hija, así que quedó bien servida por los dos agujeros.
    
    Al principio Lola ponía cara de enfadada, pero se notaba que fingía, hasta que las risas de su madre ...
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