1. Succionando tres almejas pringosas en un multicines


    Fecha: 15/10/2025, Categorías: Sexo Oral Autor: El Manso Embravecido, Fuente: CuentoRelatos

    Jorge es un gigoló-chapero que busca a sus clientes en las puertas de los teatros y cines. Hace como que espera a alguien y observa si alguna mujer u hombre le hace una seña. Si es así, su cliente paga la entrada y ya dentro, aprovechando la oscuridad de la sala, le hace algún trabajito.
    
    Hoy, tres cincuentonas están celebrando la despedida de casada de una de ellas. Se acercan a la entrada del cine con mucho jolgorio y risotadas.
    
    La que se llama Julia es muy alta, andará en el 1,78 m, rubia y lleva un vestido entubado largo rojo. Otra de las amigas se llama Carla. Es gordita, mide 1,60 m y pesará 75 kg. Lleva media melena color castaño y viste con jeans ajustados, marcando unas cachas y muslos prominentes. La tercera amiga, que es la protagonista de la fiesta, se llama Andrea. Es morena de pelo, este lo lleva con trencitas, de altura media y lleva minifalda roja y blusa blanca.
    
    Las tres se fijaron en Jorge, que iba muy apuesto, con traje gris claro y camisa blanca sin corbata. Es un buen mozo de 1,82 m y bien musculado.
    
    Andrea se acerca a él y le pregunta:
    
    –¿Esperas a alguien, guapetón?
    
    –Sí, a vosotras –le contesta Jorge, con cierto desparpajo y poniendo cara de vicio.
    
    –Pues se acabó la espera, majo. Entra con nosotras que tienes mucho trabajo que hacer –le dice Carla, que es la más descarada y choni de las tres.
    
    Le pagaron la entrada y, ya dentro de la sala, se sientan en unas butacas del fondo, haciendo esquina.
    
    Mientras las luces seguían ...
    ... encendidas se presentaron y Jorge les comentó que era puto. Carla ya se había dado cuenta porque reconoció su cara al haberla visto antes en una página web de contactos.
    
    –Pero tú vas a vela y a motor, ¿no? –le suelta Carla con socarronería.
    
    –Sí, me van las almejas y las gambas –contesta Jorge.
    
    –Pues algún día igual te contrato para que le comas la gamba a mi marido, que últimamente le cuesta izar bandera conmigo. Igual esa es la solución –dice Julia, animándose a entrar al cachondeo.
    
    –Sí, pero esta noche te vas a hartar a comer berberecho, almeja y mejillón. Vas a tener agujetas en las mandíbulas de lo mucho que vas a ejercitarlas –continúa Carla, que era la más guarrindonga de las tres.
    
    En esto que se apaga la luz y comienza la película. Andrea se aproxima al oído de Jorge y le dice:
    
    –La película dura dos horas, cariño. Bájate al pilón y no subas en todo ese tiempo. Provócanos un par de orgasmos a cada una.
    
    Jorge se coloca de rodillas ante ellas, entre el estrecho espacio que hay entre butaca y butaca, y se acerca a la entrepierna de Andrea. Esta al llevar minifalda hace más fácil el llegar a su chumino.
    
    El gigoló-chapero le sube la mini, colocándosela a modo de cinturón, le rompe las bragas con las uñas y hunde su rostro en aquella cueva pringosa y pegajosa. Le restriega la lengua de forma superficial, por las labios mayores, provocándole cosquillitas.
    
    Andrea suspira entrecortadamente. Siente como si ráfagas de corriente eléctrica recorrieran su ...
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