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Succionando tres almejas pringosas en un multicines
Fecha: 15/10/2025, Categorías: Sexo Oral Autor: El Manso Embravecido, Fuente: CuentoRelatos
... cuerpo. Jorge, separando los labios mayores con sus dedos, aprovecha para martillear con su puntiaguda lengua el clítoris de la chica. Se lo lame y mordisquea también. Tampoco descuida el lamer, succionar y saborear el resto de la raja en su extensión y profundidad. Al cabo de un cuarto de hora de estar haciéndole un buen lavado de bajos a Andrea, esta por fin explosiona en un intenso orgasmo. Agarra por la cabeza a Jorge y se la aprieta fuerte contra su concha. –¡Trágate todos mis jugos, puto! ¡Joder, cómo me refriega el conejo con su lengua de estropajo! Los chillidos de placer de la chica fueron acallados gracias a que la película tenía el volumen muy alto. La gente más cercana no llegó a percatarse de lo que ocurría a solo unos metros de distancia. Le tocó el turno a Carla. A Jorge le costó el desenfundarla de sus vaqueros tan ajustados. Cuando por fin lo consiguió, se acercó a la entrepierna de Carla. Entre las lorzas de la barriga, la grasa acumulada en el pubis y sus muslazos anchotes, a Jorge le costó el abrirse paso para manducarse aquel coño sutilmente protegido por un cinturón de castidad tan natural. Le pegó unos buenos morreos al conejo, separándose de la entrepierna de vez en cuando, para coger aire. Después de estar casi diez minutos chupeteándole el chocho, Carla le suelta: –No te olvides de ensalivar el ojete anal y lamerme su correspondiente raja. Me pone a mil el que me morreen el trasero. Yo, mientras tanto, me masturbaré el ...
... chumino. Jorge obedeció, como buen sirviente sexual que es, y comenzó a besar, lamer y succionar el perineo, ojete y raja del culo de su señora. Carla se frotaba el Botón de la Felicidad con tal energía y devoción que no tardó mucho en correrse, arrojando por la boca improperios de este tipo: –Abandona la retaguardia y acude a la puerta principal a beber mis caldos calentitos. Chupetea también mis dedos, que me quedaron empapados ¡Me cago en Cristo el Chapero! ¡Joder, qué gusto! Cuando Jorge le dejó la entrepierna bien limpita a Carla y esta quedó más relajada, continuó su faena con Julia. Esta no tuvo más remedio que rajar un poco su vestido entubado, para poder subírselo hasta la cintura. El cuerpo de Julia era el de una top model. ¡Qué cinturita tan plana tenía! La rosada almeja, Julia, la tenía toda empapada ya, de tanto esperar su turno y de ver a sus dos amigas disfrutar como perras. Andrea y Carla se frotaban el chichi con suavidad, calentándoselo a fuego lento, para cuando llegara el turno de la segunda comida de berberecho, tenerlo a su punto. Aquel puto se zampó el chumino de Julia con ansiedad, tragándose sus jugos y relamiéndose. –Si le comes así el rabo a mi marido seguro que se le pone bien tieso, y así podrá penetrarme con éxito después. Llevo sin ser calzada por mi hombre dos meses –informa Julia. –Pues yo, si quieres, te empotro en los baños y te pongo al día –sugirió Jorge entusiasmado. –Yo soy una mujer decente. Mi almeja solo la ...