Robando Inocencias
Fecha: 16/10/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: AndyStories, Fuente: TodoRelatos
... deseen de verdad.
Él asintió y tragó saliva.
—Confía en mí —susurré.
Me senté a su lado y lo besé de nuevo, despacio, apenas rozando sus labios. Esta vez respondió, torpe, inseguro, pero con un hambre inocente. Su boca temblaba bajo la mía, y sus labios sabían a deseo contenido.
—Relájate —le dije, acariciándole el rostro—. Solo siente.
Lo volví a besar, ahora más profundo y lento. Mis dedos bajaron por su cuello, su pecho, hasta su abdomen, el cual estaba tenso. Me separé un momento y lo miré a los ojos.
—¿No has estado con nadie, verdad?
Negó lentamente con la cabeza.
—¿Quieres que sea yo?
Su respiración se aceleró.
—Sí —dijo, casi en un susurro.
Sonreí. Nos levantamos, le tomé la mano y la puse sobre mi cintura, llevándolo hacia el sofá, haciendo que se siente frente a mí.
—Entonces tócame —dije, llevando sus manos a mis pechos—. Así, sin miedo.
Sus manos me rozaron como si tuviera miedo de romperme. Le mostré cómo moverlas, cómo apretarme y cómo recorrerme. Bajé mis manos hasta su camiseta, la levanté y la quité despacio. Su cuerpo era delgado y estaba tembloroso. Hermoso en su inseguridad.
Me senté a un lado de él y besé su cuello, mientras sus manos seguían explorándome. Se estremecía con cada contacto. Me quité el top lentamente, dejando que me viera. Su mirada era pura fascinación.
—Eres… increíble —murmuró.
Lo tomé de la nuca y lo acerqué a mi pecho.
—Entonces bésame.
Y lo hizo. Tímido al principio, luego más ...
... seguro. Se dejó guiar por mis suspiros y mis movimientos. Le enseñé a acariciar, a lamer y a jugar con mi cuerpo. Bajé su pantalón y su ropa interior. Estaba duro. Muy duro.
—¿Esto es por mí? —pregunté con una sonrisa traviesa, tomándolo con una mano.
Cerró sus ojos y asintió torpemente.
—Tranquilo… —le susurré mientras me arrodillaba frente a él—. Solo quiero darte placer.
Deslicé mis labios por su erección suavemente. Su cuerpo se arqueó al sentir el contacto. Lo metí profundamente, con pausas para mirarlo a los ojos.
—¿Te gusta? —pregunté.
—Sí… —jadeó.
Noté que estaba a punto de acabar, entonces me detuve.
—Aún no. Quiero sentirte dentro de mí.
Lo llevé a mi cuarto y me quité el resto de la ropa. Le dije que se recostara. Me subí sobre él, desnuda, húmeda y lista.
—Voy a hacerlo despacio —le dije—. Quiero que me sientas, centímetro a centímetro.
Lo guié con la mano hasta mi centro, deslizándolo apenas en la entrada. Ambos gemimos al contacto.
—¿Estás listo?
Él asintió sin palabras.
Me hundí sobre él lentamente, dejando que su primer gemido saliera tembloroso. Lo sentí estremecerse debajo de mí, sus manos agarraban mis caderas como si no pudiera creerlo. Yo me movía despacio, con ritmo suave, envolviendo y apretando sus piernas con mis muslos.
—Estás dentro de mí —le dije con una sonrisa dulce—. Es todo tuyo.
Le tomé las manos y las puse sobre mis pechos nuevamente. Lo besé mientras lo cabalgaba con cariño. Sus gemidos eran bajos, ...