1. Robando Inocencias


    Fecha: 16/10/2025, Categorías: Hetero Autor: AndyStories, Fuente: TodoRelatos

    ... inseguros, pero constantes. Su mirada no se despegaba de mí. Yo era su primera vez. Su todo.
    
    —¿Quieres más rápido? —le pregunté.
    
    —Sí, por favor… —dijo, faltándole el aire.
    
    Aumenté la velocidad de mis caderas, sentí cómo se estremecía, cómo apretaba mis pechos con fuerza. Su rostro estaba totalmente sonrojado, me miraba con gestos de placer, algo que nunca esperé ver de su parte. Lo estaba disfrutando, y eso me excitaba cada vez más. Mis cabalgatas se volvieron más duras, estaba entregada a él, pero quería aún más.
    
    Reducí la velocidad poco a poco hasta detenerme.
    
    —Probemos otra cosa —le dije, para después dejarlo salir de mi interior.
    
    Lo tomé de las manos, y lo reincorporé para dejarlo de rodillas. Le di un beso tierno, y me puse enfrente suya, en cuatro. Puse mi mano entre mis piernas, masajeando mi centro, invitándolo a entrar nuevamente. No bastaron las palabras, entendió perfectamente lo que quería, y se introdujo dentro de mí.
    
    Esta vez estaba más seguro, tenía un ritmo constante. El sonido de mis gemidos, mezclado con el golpeteo de nuestra piel y sus jadeos, era toda una armonía erótica.
    
    Entonces se atrevió a darme una nalgada. Lo miré sorprendida, justo cuando su expresión de placer se tornaba en arrepentimiento.
    
    —Más fuerte —le dije—. Quiero que me dejes marcada.
    
    En ese momento, una fuerza se apoderó de él. Me dio una embestida tan fuerte, que hizo que mi cara tocara la cama, y, así de vulnerable, empezó a bombear dentro de mí de forma ...
    ... salvaje. No creía lo que estaba pasando, es como si fuera otra persona, pero eso en ningún momento redujo mi lujuria, al contrario, se intensificó. Y mi centro empezó a arder y a perder autocontrol. Estaba a punto de terminar.
    
    —Quiero verte a los ojos —le dije con una voz entrecortada por el placer.
    
    Sin salir de mi interior, me puse boca arriba, y pude ver su cara, empapada en sudor, con su pelo totalmente despeinado, que solo me encendió aún más.
    
    —Dame fuerte —le dije, tomándolo de la cintura y jalándolo hacia mí.
    
    Y vaya que lo hizo. Dejó caer sus manos a mis costados, tenía su mirada fija en mis pechos, los cuales no dejaban de rebotar. Estaba totalmente hipnotizado. Mis gemidos se volvieron más ruidosos, lo que hizo que aumentara su velocidad, y, sin poder resistir más, lo hice salir de dentro de mí, y dejé que mis fluidos empaparan toda su ingle. Rasguñé mi cuello, presa del placer, totalmente desencajada.
    
    Lo miré a los ojos, su mirada era de asombro y desconcierto, no entendía qué era lo que pasaba, pero no había tiempo de explicar. Tenía ganas de reclamar mi recompensa. Tomé su miembro y lo volví a introducir en mí. Mis jadeos eran señal suficiente de que buscaba más.
    
    Yo me retorcía en la cama, muy sensible post orgasmo, y veía cómo él luchaba contra sí mismo, pero no por mucho tiempo.
    
    —No aguanto… —jadeó—. Me voy a correr…
    
    —Dentro de mí —ordené—. Hazlo dentro de mí.
    
    Y cuando lo sentí tensarse, cuando su cuerpo ya no pudo más… me aferré a él con ...