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Mi Madre Desnuda ante el Espejo
Fecha: 09/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... eran jóvenes; estos en cambio, eran de una mujer madura, tan bonitos… me entraron unas ganas casi irrefrenables de metérmelos en la boca, pero no cedí al arrebato. En lugar de eso, le di un beso en cada pie, bajo los dedos. Entonces abrió los ojos y me miró divertida. - ¡Que me haces cosquillas! –exclamó riendo. Yo reí también, y apresándole los pies, empecé a hacerle más cosquillas. Más que nada lo hice para romper la tensión erótica del momento, porque de seguir con las friegas, dudo que hubiera podido resistir mis ganas de follármela. El juego hizo que yo me relajara y mi polla también, volviendo a un estado más normal. Después de unos segundos revolviéndose en la cama intentando zafarse y liberar sus pies, la solté. - ¡Qué mala idea tienes, hacía mucho que no me torturabas con cosquillas! –gritó entre risas. Me agaché y cogí mi toalla, cubriéndome de nuevo. - Tú vístete también, que no haces más que decirme que me voy a enfriar y la que se va a poner mala eres tú –le dije. - Pues tienes razón hijo mío –apuntó, y cogió su ropa para vestirse. Aquel jugueteo, entre el baño primero, y el masaje después, me había puesto cardíaco. Por la noche, tras haber cenado, estábamos en el sofá, pero no tarde en irme a mi cuarto. - ¿Ya te vas, mi vida? –me preguntó. - Sí mama, estoy cansado… pero no voy a dormir aún, ya sabes… –le indiqué. - Entendido. No te m*****o –dijo guiñándome un ojo con una sonrisa cómplice. En efecto, me desnudé en la cama y me masturbé pensando en mi madre. En ...
... su cuerpo, en el masaje. Había pasado una gran tarde con ella, en el baño, y poniéndole crema como cuando era pequeño. Pero no podíamos seguir así. O me buscaba una novia, o la cosa iba a acabar como el rosario de la aurora.--------------- Eso me propuse al siguiente fin de semana. Echarme novia, o al menos, ligarme a una y darle lo suyo. Quedé con los amigos de clase, para cenar e irnos de cubateo. La cena fue divertida, y en el bar donde bebíamos nos lo estábamos pasando genial. Pero al entrar a un garito donde la gente ya bailaba, me encontré con una desagradable sorpresa: era Tamara, hablando con un tío. No me vio, pero aún así me dolió tanto que no quería seguir allí. Hice la bomba de humo y me fui sin despedirme. No era tarde, apenas la una y media o así. Caminé rayado hasta casa, sin apartar de la mente la imagen de Tamara con otro. No sabía por qué me seguía jodiendo, si ya hacía meses. Llegué a casa deprimido y con un nudo en la garganta. Abrí despacio, pero me sorprendí al ver a mi madre en el sofá viendo la tele. Bueno, la verdad que no era muy tarde. Se sobresaltó al verme. - ¡Hijo! ¿Cómo vienes tan pronto? –preguntó sorprendida. - Nada es que… –empecé. - ¿Qué? ¿Qué pasa? –dijo preocupada. El llanto asomaba a mis ojos. Me creía fuerte, pero últimamente había llorado varias veces ya, a causa de Tamara. - He visto a Tamara… con un chico… –le informé, con algunas lágrimas escapándose ya de mis ojos. - Ven aquí, mi vida –y acercándose, me dio un fuerte abrazo que me ...