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Mi Madre Desnuda ante el Espejo
Fecha: 09/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... duchaba cuando ella estaba en casa, y me iba en toalla a mi habitación, donde me secaba siempre con la puerta abierta. Y mi madre no tenía ningún problema en acercarse hasta mi dormitorio en esos momentos, con cualquier excusa: si tenía ropa para planchar, por ejemplo. Pero para mí eso ya no era suficiente. Por suerte, el destino me regaló otra ocasión para disfrutar de la visión de mi madre. Pero esta vez, no me llamó ella, sino que le eché algo de cara y fui yo a su encuentro. Llegaba un domingo por la tarde de dar una vuelta. Escuché de fondo una música, y descubrí que provenía del cuarto de baño grande, el que está en la habitación de matrimonio y tiene bañera. Era mi madre dándose un baño y escuchando música, como hace algunos domingos. La puerta estaba entreabierta, así que sin llamar, asomé la cabeza. - Pasa cariño, me estoy dando un baño –me invitó al verme. Como ya he explicado, no era la primera vez que ella estaba en el wc –ya sea duchándose, bañándose, lavándose los dientes o incluso haciendo pis–, y yo entraba como si nada (y viceversa). Pero sí era la primera vez que mis intenciones no eran inocentes. En ocasiones, ella se bañaba escuchando música o la radio, y yo pasaba a contarle cosas de chicas o de mis amigos durante un rato. Así que aproveché, entré, y me senté tranquilamente en el taburete, como otras veces. - ¿Qué tal, con quién has estado? –me preguntó con dulce voz. No había espuma, y su cuerpo entero era visible bajo el agua. Su sexo de pelo ...
... negro atraía fugaces miradas mías. - Con algunos de clase –la verdad que la conversación me importaba bien poco, pero tenía que dársela para estar allí. - ¿Y había alguna chica? –dijo, mirándome perspicaz. - Una de clase, que se ha traído un par de amigas. Bajó el volumen de la música, con evidente intención de seguir con la conversación. - Bueno, ¿y qué tal con ellas? ¿Te gusta alguna? - A ver, no están mal… pero gustarme… –contesté con tono dubitativo. Hacía calor, y el vapor empañaba espejos y cristales. La ropa ya me sobraba. - Seguro que tú a ellas sí, por eso la de tu clase las ha traído –sugirió mi madre. - Mama no te montes películas –respondí riendo. Mi madre continuó preguntándome sobre mis amigos, mientras disfrutaba del baño. Así estuvimos un rato de cháchara, como si en vez de desnuda en la bañera, estuviéramos tomando el café en la cocina. - Y a Tamara, ¿la has vuelto a ver? –preguntó echándose suavizante en las manos, y aplicándoselo por el pelo con lentos y sensuales movimientos. - A veces… en la facultad. Pero no me gusta, no es cómodo; me siento tenso. - Es normal, mi vida; ya se te pasará –observó–. Me voy a salir ya que me estoy arrugando del rato que llevo. Se puso en pie y se enjuagó tranquilamente, delante de mí. La fragancia a suavizante se apoderó de la estancia; olía a limpio y fresco. Mis sentidos disfrutaban: la música, la magnífica visión de mi madre aclarándose, el aroma, el ambiente cálido… Noté que mis pómulos subían de temperatura debido a la ...