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Esta noche mi marido no dormirá en casa
Fecha: 25/10/2025, Categorías: Hetero Autor: Birdie, Fuente: CuentoRelatos
Me llamo María y tengo 45 años y llevo casada con el que es mi novio desde la universidad desde hace 22 años, ya sé que va a sonar triste, pero mi marido no me toca desde hace más de tres años y me imagino que algo de culpa tengo, pero el tampoco ayuda mucho, estar todo el día sentado en el taxi no creo que sea lo más erótico del mundo y llegar a casa y verme sentada viendo tv imagino que no le levanta la lívido a ningún hombre. Al final todo termina siendo un círculo vicioso y a fuerza de no tocarnos cada vez nos apetece menos estar juntos y eso que no tengo queja de nuestros primeros años de novios y casados. Creo que no estoy todavía mal, mido cerca de 1,65 y no peso más de 53 kilos y las pocas veces que he hecho sexo por internet con muchachos mucho más jóvenes que yo siempre he pensado que si les hubiera dado la dirección de mi casa habrían venido como un cohete a apagar sus ansías de sexo. Yo sabía y sé que Daniel, mi marido, se va de putas, pero al no tener contacto físico conmigo y salvo que las ETS se transmitan por la lavadora siempre me he sentido a salvo de agarrar nada, aunque no sé, esos picores y rascadas que se da en la entrepierna, miedo me da algunas veces. El sexo con Daniel al principio era bestial, dotado con un miembro que es la envidia de todas mis amigas era infatigable y sus manos y boca era de una voracidad infinita, no pasaba noche sin que follásemos al menos un par de veces y que nos llevase horas, pero todo eso se acaba y lo malo es que ...
... casi ni lo recuerdo. Algunas veces cuando estoy sola y después de que despidieran de mi último trabajo, una empresa de publicidad en la que realizaba los castings de los modelos, mis ganas de sexo cayeron, pero no solo las mías, las de Daniel ya estaban de capa caída me masturbaba con el grifo de la ducha o con un patito de goma muy pícaro que compré en una tupper sex en casa de mi amiga Carolina, una mujer muy cachonda que creo que siempre me está tirando los tejos y a la que nunca la he dicho que no. El que Daniel no acabase la carrera nunca fue un freno a nuestra relación a pesar de lo que decían las lobas de mis amigas, más pendientes de que se quedase libre para amarrarlo con sus muslos, pero Daniel es uno de esos hombres que la única fortuna que han conocido es que su equipo gane la liga una vez cada 20 años, el resto es todo trabajo y esfuerzo y creo que por eso disfruta tanto de lo que hace y como lo hace, incluso cuando me folla, o, mejor dicho, me follaba. Como nada es eterno, y por eso me he atrevido a escribir aquí, es que la semana pasada Daniel había llegado a casa con un humor de mil demonios, yo le había preparado una merienda y me dispuse a tender la ropa recién lavada de la lavadora; yo no oía si Daniel estaba tomándose ese gazpacho fresquito que decía que le encantaba y tampoco le estaba prestando atención, ya es mayorcito para levantarse a por algo si lo quiere, abrí el tambor de la lavadora y eché la ropa mojada al suelo, haciendo caso omiso de lo ...