1. Esta noche mi marido no dormirá en casa


    Fecha: 25/10/2025, Categorías: Hetero Autor: Birdie, Fuente: CuentoRelatos

    ... que dicen de que doblase la rodillas para agacharme yo doblaba la espalda poniendo en pompa mi trasero.
    
    Esa semana había sido muy calurosa y llevaba una ligera bata que dejaba mis piernas al aire y que al inclinarme, permitía ver mis bragas color carne; con el pelo revuelto y apenas cepillado y casi saliéndose mis tetas por entre el escote de la blusa, era la cosa más anti—erótica que puede uno imaginarse y mis ganas de sexo pues otro tanto.
    
    Agarré unas de sus cientos de camisas blancas y me coloqué sobre el borde de la ventana para tenderla, yo no prestaba atención a los posibles mirones, ya me consideraba demasiado mayor como para andar vigilando si alguno se masturbaba mientras se asomaba alguno de mis pezones por entre la blusa, repetí la operación y a la tercera prenda, mientras estaba apoyada sentí unas manos duras y poderosas clavándose en mis caderas y una voz olvidada vino a mi cabeza.
    
    —Había olvidado lo buena que estás.
    
    Un aliento apestoso de ajo me llenó todo el cogote y sus manos su cuerpo ya gordo y torpe por los años se echaba sobre mí.
    
    —Pues que mal estás de memoria, pues sigo llamando igual, peso lo mismo y lo único que cambio es el tinte, que el rubio platino me da alergia al chichi.
    
    —Mira que eres, te digo un piropo y ya estás cortándome todo el romanticismo.
    
    —¿A eso le dice tu romanticismo? —Respondí enojada aunque no tanto como quería parecerlo y más por lo que sentía entre mis glúteos creciendo poco a poco.
    
    —Psss, no hables, solo ...
    ... cierra los ojos.
    
    Daniel metió sus manos por los huecos de la bata cubriendo mis senos, aún fríos pero ansiosos de caricias, sus manos cubrían mis pechos en una curva perfecta y entreabriendo los dedos dejaba salir mis pezones que pellizcaba suavemente, al ver que su piel estaba demasiado seca, llevó sus dedos a mi boca que los lamí y besé como si de una polla se tratase y cuando mi saliva impregnaba sus dedos volvió a llevarlos a mis tetas que agradecieron la humedad cálida de mi boca haciendo que se erigiesen apuntando al techo.
    
    La boca caliente de Daniel mordisqueaba mi cuello y el lóbulo de la oreja, nunca fue de meterme la lengua en el oído, siempre me pareció una guarrada, pero sus suaves pasadas de la punta de la lengua en mi cuello eran una delicia y me llevaban al edén.
    
    Sus piernas separaron mis apretados muslos colocándose entre mis glúteos y soltando uno de sus pechos se soltó el cinturón y se bajó los pantalones, su palpitante polla pedía salir de esos bóxer blancos amplios tan feos y que nunca llevaría George Clooney y levantándome la batita me bajó la braga anti lujuria que llevaba puesta ese día.
    
    Yo aún seguía con los ojos cerrados y apretaba mi culo contra su cada vez más dura polla, la quería dentro de mí, quería que me destrozase el chocho como hacía cuando aún éramos novios, un ligero gemido se escapó de mi boca pues me sentía la más puta de las putas y estaba siendo follada por un semental de bella estampa. Abrí ligeramente los ojos y aunque el ...