1. El conserje de la comunidad (Cap II)


    Fecha: 27/10/2025, Categorías: Zoofilia Autor: Domadordepalabras, Fuente: TodoRelatos

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    Capítulo II
    
    Piluca llegaba a su piso a eso de las 20’00h.
    
    Ví como entraba por la puerta, atravesaba el salón mientras se descalzaba de sus once centímetros que la convertía en una altura media, y se levantaba su vestido negro de raso.
    
    Entraba en el dormitorio en braguitas y sujetador, era un conjunto negro a juego con el vestido. Había que reconocer que la muy hija de puta estaba tremenda…
    
    Aquel sujetador realzaba de una manera impresionante, sus enormes tetazas.
    
    A continuación, abrió su mesita de noche, y cogió cuatro prendas, eran extrañas, como calcetines gruesos y negros. Los cogió con la mano y aún en ropa interior, se dirigió al salón.
    
    Una vez allí, comenzó a acariciar al enorme can, que estaba sentado en un rincón del salón.
    
    De repente, observé como Piluca, cogía esas prendas que parecían calcetines, y se los colocaba al enorme perro en cada una de las patas.
    
    En el rincón donde estaba ese enorme perro, Piluca se terminó de desnudar, y despojándose del sostén y sus braguitas, cogió de su bolso una especie de botecito, que más bien parecía una especie de dispensador de algún tipo de crema con sabores.
    
    Piluca se colocó a cuatro patas, y con su mano izquierda, cogió un poco de esa crema, y comenzó a restregársela por el ano y por sus labios vaginales.
    
    De repente, sentí como una especie de fuego interno, comenzaba a subirme desde el estómago hasta la cara, una presión, que ...
    ... inmediatamente volvía a bajar hasta la boca de mi estómago, hasta desembocar en la punta de mi polla, que se me había encendido al ver como ese animal, la miraba con una expresión que le había cambiado por completo.
    
    Posiblemente, en el momento en el que esa mujer le colocó aquellos calcetines en sus pies, imaginé que era para no arañarla, el can, arrimó su hocico al culo de esa joven, y comenzó con su enorme y larga lengua, a lamer en los cachetes de Piluca, en sus muslos, en su ano, y finalmente, en sus labios vaginales…
    
    Aquella lengua, tan enorme y tan larga, escudriñaba hasta el último confín, hasta el último recoveco de la cavidad sexual de esa mujer que, sin poder evitarlo, comenzó a morderse su mano, imagino que sería intentando no gritar ni gemir.
    
    El perro continúa con la labor, lamiendo todo su ahora empapado coño peludo. Y sin pensárselo dos veces, Aquel enorme perro negro, se coló con sus cuartos traseros al interior de las piernas de esa joven, y apoyando sus patas delanteras, comenzó a restregarse con sus preciosos, redondos y blanquecinos glúteos…
    
    El perro daba empujones automáticos, como si ya, le estuviera empalando, pero nada más lejos de la realidad, ella hacía con sus manos señales en su propio trasero para que el Animal volviese a intentar embestirla, pero cuando daba tres o cuatro empujones, volvía a bajarse, después de tres o cuatro intentos, pude apreciar, como aquel enorme mastín, tenía ya su rabo completamente fuera.
    
    Esa sensación, me ...
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