Pipper: El emputecimiento de una jovencita - Relatos Eróticos

Pipper: El emputecimiento de una jovencita

... día.

Fue aquí donde el carácter enérgico de Luciana hizo su aparición. Le dijo a Pipper: “Bueno, vamos a comprarte algo lindo, para que estes conmigo en casa mientras nos vamos el sábado”, Pipper contestó: “Si, está bien, pero yo no tengo dinero y mi abue no me dio”, Luciana le dijo: “no te apures, yo pago todo, después veo con tu abuela este asunto; eso sí, aquí mando yo, y me debes hacer caso en todo, ¿entendiste?,” “Si está bien”, dijo Pipper agachando la cabeza.

Entraron a una tienda típica de jovencitas, Luciana se acercó con una de las dependientas, y le indicó que quería que le trajera algunos modelos de minifaldas, “cortas, a medio muslo o incluso que tapen solamente lo necesario”.

La dependienta se dispuso a acatar la instrucción, en parte porque no había gente y sobre todo por un billete de alta denominación que Luciana le deslizó, guiñándole un ojo y señalando que quería atención personalizada.

Pipper se encontraba absorta, nunca había entrado a una tienda así y veía todo maravillada, en ese estado sería presa fácil en inducirla a vestirse acorde a lo que Luciana quería.

La contable llamó a la chiquilla y le entregó varias prendas, un par de blusas y alrededor de 4 minifaldas, dos de mezcilla y otras de algodón.

Le dijo: “Pruébate esto y sales para que te vea”.

Pipper lo hizo, ya en el probador reparó en que la primera minifalda de mezcilla le quedaba ajustada y muy corta; a medio muslo, tal vez más, se vio en el espejo y se dio cuenta que ...

... tendría que tener cuidado al sentarse y más al caminar, prácticamente estaba al ras de su trasero la prenda.

Salió y se mostró con Luciana, esta sonrío y le dijo que caminara un poco, suéltate le dijo, ahora haz como si recogieras algo, quiero ver que tanto te aguanta, hazlo sin hincarte.

Pasó lo esperado, la chiquilla así mostraba su ropa interior, típica de jovencita y dijo “se me ve todo”, tranquila, es normal, le dijo Luciana. Ahora siéntate , bien atrás , la nena lo hizo, Luciana le dijo: a ver cruza las piernas. La chiquilla dudó un poco, pero lo hizo, la falda se le subió bastante y aunque estaba cruzada de piernas se alcanzaba a ver su ropa interior, el triangulito que se hace la cruzar. Luciana le dijo que no se tapara, que era normal, que se acostumbrara y relajara.

La visión era morbosa, la chiquilla prometía, sus piernas eran largas y torneadas. Cruzada de piernas era un manjar.

Fue la misma rutina con las otras minifaldas y luego Luciana le dijo a la dependienta que le trajera tangas y shorts, minishorts para ser exactos.

La trabajadora presurosa fue por los shorcitos más cortos que tenía; aquellos que incluso nadie se animaba a comprar por lo cortos y ajustados; era un buen momento para vaciar dicho stock.

Pipper ya condicionada por las instrucciones de Luciana, se dispuso a probarse los shorts.

La visión era la esperada, sus largas piernas se mostraban aún más que con la minifalda, los shorts prácticamente eran una extensión de su ropa ...