1. Pelirroja... peligrosa (6ª parte)


    Fecha: 01/11/2025, Categorías: Hetero Autor: Schizoid, Fuente: CuentoRelatos

    ... agujerito, todo lo que puedo, para después dedicarme a chupar su clítoris, moviendo la lengua de lado a lado.
    
    -Mmmm… no… puedo… más… -Silvia se agarra a la cabecera de la cama, apoyando la frente sobre el travesaño. El pelo le cubre la cara, y apenas puede hacer otra cosa que jadear y emitir sonidos ininteligibles, guturales, totalmente agotada después del orgasmo. Pero no por ello me detengo. Tiene un coño exquisito, de los que uno no se cansa de comer, así que prosigo sin descanso besándolo, dándole lametones interminables, conociéndolo de punta a punta con ansia, gozando con su placer.
    
    -Oh…. mmma… ohhh… -Silvia sigue disfrutando, y yo continúo respirando el aroma casi imperceptible a sudor y a gel de sus vellos largos y rizados, enterrando mi nariz en su bosque pelirrojo, mamando su clítoris como si quisiera sacar zumo de su pepita, frotando a su vez mis manos por su espalda, por ese culo impresionante, por sus muslos blancos y carnosos, por su vientre plano, por sus tetas pequeñas, por su costado, chupando, lamiendo, sorbiendo, metiendo mi lengua bien adentro en su coño, besando ese cáliz.
    
    -Ah… ah… oummm… -El segundo orgasmo de Silvia es aún más fuerte. Unos jadeos, un gemido, una pausa… y empieza a berrear y a echar todavía más caldos en mi boca, en mi cara, en las sábanas. Afloja las piernas, las aprieta, vuelve a aflojar, mientras profiere su largo chillido y finalmente se calla, respirando como una locomotora, con la boca abierta. Su piel está caliente ...
    ... y humedecida de sudor.
    
    -Uf… uf… uf… joder… qué… gustazo… -Silvia respira extenuada y habla casi a soplidos, todavía apoyada contra el travesaño de la cabecera. Pero no le doy ni una tregua, y prosigo mis lamidas y mis chupadas con ahínco. -Ooooh…. -Silvia lo nota enseguida, porque se vuele a crispar y apretar las piernas. -Ooh… basta… basta C… no puedo… más… -trata de levantarse, pero abrazo con fuerza sus piernas y no despego su coño de mi boca ansiosa.
    
    Mis lametones son cada vez más largos, más fuertes, más atrevidos. Mi lengua se mete como un pistón en su coñito, abriéndolo, tanteando las paredes de su vagina con la punta. Mi boca chupa con fuerza cada vez mayor en su clítoris, y lo muevo cada vez más rápido, más rápido, hasta que le arranco unos gemidos largos, graves, rendidos.
    
    -Mmmm… -Silvia levanta la cabeza hacia el techo, y con la boca cerrada emite sus largos gemidos. No paro de comerle el coño, y los minutos se hacen eternos, mi universo se pliega reduciéndose a su entrepierna, a su agujerito de color rosa, a su montañita de carne retorcida, a sus labios cubiertos de finos vellos rojos, a la superficie que mi lengua ha conquistado y que se abre en una fruta de carne, un torrente de flujos y placer, una catarsis de sexo y lujuria.
    
    -¡Aaaahm! -Nunca he visto nada parecido al tercer orgasmo de Silvia. Aprieta su entrepierna contra mi cara como si quisiese hundirme bajo la cama atravesando el colchón, y sus muslos se contraen con una fuerza increíble, ...
«12...456...»